Miserables sin argumentos | Tremores

Tremores. Claro, al no tener argumentos, la oposición a la 4T lo único que tiene son descalificativos, narrativas y groserías para sacar su furia de que una mujer está demostrando mejores números que los hombres que la precedieron en el cargo. Sí, hablamos de aquellos que desde 2018, sin saber un ápice de política, se convirtieron en críticos, pues Andrés Manuel López Obrador y el movimiento que encabezaba fue el fiel reflejo de sus miserias. Con el acto que encabezó Claudia Sheinbaum en el Zócalo capitalino, salen a relucir palabras que sí las conocían, pero que no eran parte de su léxico común. “Acarreados”, una de ellas, pero que a diferencia de cuando se usaba en los gobiernos del PRIAN, la ocupan para demeritar a quienes, voluntariamente, acuden a los mítines. En ese entonces, los “acarreados” eran llevados con engaños, a cambio de dinero, a apoyar a candidatos, candidatas, del PRIAN y después presumir el “músculo” en fotos de prensa. Era mostrar un apoyo artificial. Actualmente, con Morena, la gente que acude va por que quiere ir, no les dan dinero, al contrario, hacen su “vaquita” para rentar un camión y trasladarse. Ese apoyo es real, no creado para presumir. Esa diferencia, of course, no la conocen, sólo manipulan para dizque criticar, y exhiben, de esa forma, su miseria. Siguen sin entender, así que sigan con su rabia, su hígado se los va a cobrar algún día.
¿O no?
Bájenle 70 rayas
En estos días, parece que el ánimo social está exponencialmente enojado. En redes sociales se exhiben, a diario, videos de personas peleándose en plena calle; de hechos violentos, grescas… Nadie se salva. Quien esto escribe, vio, este domingo, a dos conductos de aplicación (llevaban pasaje en el asiento trasero) gritarse, darse cerrones, aventarse el auto sobre una avenida de la ciudad. Así estuvieron por unas 4 calles. ¿En qué quedó? Uno de ellos le dio un cerrón que el otro se enfrenó y casi se estampa con un vehículo estacionado; el primero aceleró, se pasó un alto y se perdió. Como diría el filósofo y poeta, Juan Gabriel: “¿qué necesidad?”. Lo único que hicieron fue poner en peligro a terceros. Así que la recomendación es: bajarle 70 rayas al tigre, relajarse, tomar un té de pasiflora, que les hagan un masaje, les den terapia de amor o tomar unas vacaciones (playoterapia, montañoterapia, lo que sea) para relajarse. El enojo siempre lleva a cometer estupideces.
¿O no?