El delicioso placer del dolor
El dolor constituye un sistema de defensa adquirido evolutivamente, que funciona como señal de alarma para protegernos, aumentando la probabilidad de supervivencia. Sin embargo, en algunas ocasiones, el dolor puede convertirse en una fuente de sufrimiento inútil y en otras, en auténtico placer (Romera, Perena, Perena, Rodrigo, 2000)