The New York Times perfila a Harfuch como el nuevo eje de la estrategia de seguridad entre México y Estados Unidos
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, fue destacado por The New York Times como una de las figuras más influyentes en la nueva etapa de cooperación en seguridad entre México y Estados Unidos. En un amplio perfil, el diario subraya que Harfuch se ha convertido en el principal interlocutor de Washington en el combate al narcotráfico, en un contexto donde el intercambio de inteligencia entre ambos países se ha intensificado de forma inédita.
Según el medio estadounidense, la gestión de Harfuch, respaldada por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha logrado enviar señales de confianza a las autoridades de Estados Unidos sobre la capacidad del Estado mexicano para enfrentar a los cárteles. El Times señala que esta coordinación ha sido clave para que la atención del presidente Donald Trump se concentre más en organizaciones criminales de Sudamérica que en México, algo que no ocurría en administraciones anteriores.
En entrevista con el diario, García Harfuch explicó que su estrategia de seguridad no se limita a operativos visibles, sino que apuesta por un enfoque integral basado en inteligencia, coordinación entre fuerzas federales y estatales, y el fortalecimiento del trabajo de investigadores y fiscales. El objetivo, afirmó, es desmantelar a las organizaciones criminales en todos sus niveles y traducir los operativos en más detenciones y sentencias.
El funcionario también rechazó la posibilidad de una intervención directa de Estados Unidos contra los cárteles en territorio mexicano. Aseguró que confía en el respeto a la soberanía nacional y sostuvo que los resultados hablan por sí mismos: decomisos de drogas, destrucción de laboratorios, detenciones relevantes y una disminución en el flujo de fentanilo hacia el norte. “Si no hubiera resultados, habría preocupación; pero cada vez hay más”, dijo.
El reportaje reconoce avances, como la reducción del 37% en la tasa diaria de homicidios desde el inicio del actual gobierno, aunque advierte que persisten desafíos como el aumento en secuestros, extorsiones y desapariciones. Aun así, The New York Times concluye que Harfuch se ha consolidado como una pieza central del aparato de seguridad mexicano, con influencia directa sobre fiscales, fuerzas armadas y agencias de inteligencia, y con una línea directa —literal— con la presidenta, simbolizada por un teléfono rojo en su escritorio que conecta de forma inmediata con Palacio Nacional.




