El hallazgo de siete cuerpos en una barranca ubicada en los límites entre Puebla y Tlaxcala detonó una amplia movilización policiaca este 3 de diciembre. Fue un reporte ciudadano el que alertó sobre la presencia de restos humanos en la zona de San Felipe Zitlaltepec y Nopalucan de la Granja, lo que llevó a que corporaciones de ambos estados acudieran al punto.

Al descender a la barranca, elementos de seguridad confirmaron la existencia de siete víctimas, todas con visibles huellas de violencia. Aunque inicialmente intervinieron autoridades tlaxcaltecas y poblanas, se determinó que el caso corresponde jurisdiccionalmente a Puebla, por lo que la Fiscalía General del Estado asumió la investigación y ordenó las primeras diligencias.

Posteriormente, personal del Servicio Médico Forense realizó el levantamiento de los cuerpos, mientras agentes ministeriales iniciaban el análisis preliminar de la escena. De manera extraoficial, se señaló que las víctimas serían hombres de distintas edades, aunque no se ha confirmado su identidad ni las circunstancias del crimen.

El hallazgo ocurre apenas dos días después de que en una barranca de Cañada Morelos fueran encontradas bolsas con restos humanos. En ese caso, campesinos alertaron a las autoridades luego de ver perros hurgando entre plásticos manchados de sangre. La policía confirmó la presencia de restos, que fueron trasladados al anfiteatro de Tehuacán para su identificación.

Ante la cercanía temporal de ambos hechos, la administración estatal informó que se trabaja en coordinación con Tlaxcala para esclarecer lo ocurrido y determinar si existe algún vínculo entre los hallazgos. La FGE mantiene abiertas las líneas de investigación mientras continúan las labores periciales en ambas zonas.