Crisis del campo en Puebla: caída de empleo agrícola, baja rentabilidad y fuga masiva de jornaleros
El sector agropecuario de Puebla enfrenta lo que muchos productores califican como una de sus peores crisis en décadas. Según datos citados del supuesto registro de ocupación, en solo un año el estado habría perdido más de 103 000 empleos agrícolas, al pasar de unas 620 000 personas ocupadas en el tercer trimestre de 2024 a aproximadamente 517 000 en el mismo periodo de 2025. Esta caída, de confirmarse plenamente, posicionaría a Puebla como la entidad con mayor abandono del campo en el país.
Del actual número de trabajadores agrícolas, 83.2 % son hombres y 16.8 % mujeres; 99.2 % carecen de prestaciones sociales o acceso efectivo a servicios médicos. Para muchos productores, la combinación de crisis climática, escasez de agua, corrupción y sobreprecios en insumos ha hecho insostenible la producción. Por ejemplo, un campesino que cultivaba sorgo comenta que, aunque lograba vender su cosecha en 2024 a 4 400 pesos por tonelada, este año apenas consiguió 4 000 pesos; mientras tanto, fertilizantes y abonos duplicaron su precio.
La falta de jornaleros es otro síntoma de crisis: incluso ofreciendo salarios elevados, los productores no logran cubrir la mano de obra. En Chiautzingo, un cultivador de tejocote afirmó que los jóvenes ya no quieren trabajar en el campo, y la desertificación del agro se acelera. Muchos campesinos denuncian además fallos en los apoyos institucionales, impunidad en el reparto de subsidios y una ausencia de respuestas de las autoridades, como la Secretaría de Desarrollo Rural, que para ellos ha resultado insuficiente ante la urgencia económica.
Ante este panorama, organizaciones campesinas advierten que el abandono del campo podría generar migración masiva, pérdida de producción regional y una crisis social profunda si no hay políticas públicas inmediatas de apoyo al agro, subsidios reales al campo y regulación de insumos y precios.



