Adolf Hitler Uunona volvió a captar la atención internacional tras obtener una nueva victoria electoral en Ompundja, una pequeña circunscripción del norte de Namibia que ha representado desde 2004. A sus 59 años, este político del partido gobernante SWAPO acumula cinco triunfos consecutivos y mantiene un sólido arraigo entre los menos de 5 mil habitantes de la región. Su popularidad contrasta con la polémica que genera su nombre, idéntico al del dictador alemán responsable del Holocausto.

La historia detrás de su identidad, sin embargo, es menos inquietante de lo que parece. Uunona ha explicado en repetidas ocasiones que fue su padre quien eligió su nombre sin conocer la figura histórica de Adolf Hitler ni la carga simbólica que arrastra. En aquel contexto —Namibia fue colonia alemana y los nombres germánicos eran comunes— la elección no despertó sospecha alguna. “De niño lo veía como un nombre normal. No tengo nada que ver con el Adolf Hitler de Alemania”, dijo en una entrevista que se viralizó en 2020.

Con el paso de los años, Uunona se convirtió en un referente local por su trabajo comunitario y su trayectoria vinculada a la lucha contra el apartheid. Fuentes regionales destacan que su capacidad de gestión y cercanía con los habitantes han sido la clave de sus abrumadoras victorias electorales, como la de 2020, cuando obtuvo el 85% de los votos. Su nombre, lejos de restarle apoyos, se ha convertido en una peculiaridad que no altera su respaldo político.

En entrevistas con medios europeos y namibios, Uunona también ha dejado claro que no comparte ni remotamente la ideología nazi y que su vida está dedicada al servicio público. Incluso ha explicado que mantener su nombre es, simplemente, una cuestión administrativa: aparece en todos sus documentos oficiales y cambiarlo ahora, asegura, sería demasiado complicado. En la vida diaria, prefiere presentarse como Adolf Uunona.

Mientras tanto, su partido, el SWAPO —nacido del movimiento de liberación nacional y hoy orientado al centro político— continúa dominando la escena política en Namibia. En este contexto, la figura de Uunona se consolida como un ejemplo peculiar: un político respetado que ha logrado separar por completo su identidad de un nombre que, en otras latitudes, sería imposible de llevar sin polémica.