Hamás rechaza asistir a la firma del acuerdo de paz y advierte que está listo para volver a la guerra
Mientras el mundo sigue de cerca el inminente intercambio de prisioneros entre Israel y Hamás, el movimiento islamista palestino confirmó que no participará en la ceremonia de firma del acuerdo de paz en Gaza, prevista para realizarse en Egipto con la presencia de líderes internacionales. La postura, anunciada por el dirigente Hosam Badran, refleja las profundas tensiones que aún rodean el frágil alto al fuego negociado con mediación de Estados Unidos, Egipto y Catar.
Badran aseguró que Hamás mantendrá su participación a través de los mediadores, pero no se presentará al acto oficial, al que asistirán el presidente estadounidense Donald Trump, el mandatario francés Emmanuel Macron y el primer ministro británico Keir Starmer, entre otros líderes.
“No participaremos”, dijo el dirigente, al considerar que la prioridad no es la ceremonia, sino que “el mundo reconozca que la cuestión palestina no puede seguir siendo ignorada”.
En paralelo, Hamdan confirmó a la agencia AFP que la liberación de 48 rehenes israelíes comenzará el lunes por la mañana, poco antes de que venza el plazo de 72 horas establecido en el acuerdo. Tras la entrega de los cautivos, Israel procederá a liberar a cerca de 2 mil prisioneros palestinos, en lo que constituye la primera fase del pacto alcanzado con apoyo de Washington.
No obstante, Badran advirtió que Hamás está preparado para reanudar la lucha si el conflicto se reactiva, y rechazó varios puntos del plan de paz propuesto por Trump, entre ellos la posibilidad de que sus miembros sean expulsados de Gaza.
“Hablar de expulsar a palestinos, sean o no miembros de Hamás, de su tierra, es absurdo y carece de sentido”, afirmó el dirigente desde Catar.
Mientras tanto, en Gaza, decenas de miles de palestinos han comenzado a regresar a sus hogares tras tres días de alto el fuego, encontrando barrios devastados y ruinas. Aunque parte de la ayuda humanitaria comenzó a ingresar al territorio, las autoridades locales reconocen que la magnitud del desastre y las pérdidas humanas sigue siendo incalculable, mientras el futuro del acuerdo de paz permanece en el aire.



