El canto de las ballenas llega a los tribunales: buscan ser reconocidas como sujetas de derecho

En un hecho sin precedentes para la justicia ambiental mexicana, un amparo busca que las ballenas del Golfo de California sean reconocidas como sujetas de derecho, es decir, como ‘entes’ con capacidad jurídica para exigir la protección de su hábitat ante megaproyectos que amenazan su supervivencia. La acción legal fue impulsada por la organización Nuestro Futuro A.C., con el respaldo de colectivos ambientales y ciudadanos que firmaron la llamada “Carta de las Guardianas y Guardianes de las Ballenas”.
El recurso se dirige contra la autorización del Proyecto Saguaro, una planta de gas natural licuado que la empresa Mexico Pacific pretende construir en Puerto Libertad, Sonora. De concretarse, dicho proyecto podría alterar de forma irreversible el ecosistema marino, afectar las rutas migratorias y los sitios de reproducción de las ballenas grises, jorobadas, azules y cachalotes, además de aumentar el tráfico de buques metaneros y la contaminación acústica en la zona.
La demanda plantea una pregunta de fondo: ¿pueden los seres no humanos ser titulares de derechos frente al Estado? De obtener una resolución favorable, este amparo sentaría un precedente histórico, similar al caso de la elefanta Ely, pero con un alcance mucho mayor al reconocer a toda una especie —y, por extensión, a los ecosistemas marinos— como sujetos con derechos intrínsecos a existir, migrar y vivir libres de contaminación.
El Golfo de California es considerado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO y alberga una de las biodiversidades marinas más ricas del planeta. Aporta más de la mitad de la pesca nacional y sustenta a 33 municipios costeros. Para los activistas, su defensa no solo implica proteger a las ballenas, sino garantizar la vida en equilibrio en uno de los ecosistemas más vitales del país.
El amparo fue presentada públicamente el pasado 30 de septiembre y la a organización Nuestro Futuro pidió “escuchar el canto de las ballenas que demandan el fin del extractivismo”, en alusión a la creciente presión industrial sobre los mares mexicanos. Su mensaje es claro: la defensa de las ballenas es, en realidad, la defensa de toda forma de vida en el Golfo de California.