Cometa interestelar 3I/ATLAS resiste tormenta solar y sigue su curso intacto.

Durante septiembre de 2025, el cometa interestelar 3I/ATLAS cruzó una potente eyección de masa coronal —una tormenta solar con capacidad de dañar satélites y fragmentar cuerpos menores— sin mostrar signos aparentes de erosión, fracturas o cambios en su trayectoria. Este comportamiento ha inquietado a astrónomos y reavivado el interés por su estructura interna y composición.
El cometa fue descubierto el 1 de julio de 2025 por el sistema ATLAS en Chile, cuando se encontraba a unos 670 millones de kilómetros del Sol, y su trayectoria hiperbólica lo identifica claramente como un objeto proveniente del espacio interestelar.
Estudios recientes con el telescopio espacial James Webb (JWST) revelaron que la coma gaseosa de 3I/ATLAS se encuentra dominada por dióxido de carbono, con mezcla de vapor de agua, CO y otros gases, en una proporción CO₂/H₂O bastante elevada comparada con cometas del sistema solar. Otra investigación, mediante imágenes ultravioletas, detectó emisión de OH (hidroxilo), un indicador de actividad de agua, incluso cuando el cometa aún estaba relativamente lejos del Sol.
El hecho de que 3I/ATLAS albergue una coma activa y sobreviva a una tormenta solar sin evidencias visibles de daño sugiere que podría tener un núcleo denso, una corteza protectora o mecanismos internos de redistribución de energía —hipótesis ya planteadas por varios astrónomos.
Se espera que el cometa alcance su perihelio (punto más cercano al Sol) el 29 de octubre de 2025, tras lo cual continuará su trayectoria de salida, regresando al espacio interestelar sin pasar cerca de la Tierra. Este paso ofrece una oportunidad rara para estudiar un objeto que no pertenece a nuestro sistema solar, y podría brindar pistas clave sobre la formación y composición de cuerpos más allá de nuestra galaxia.