Bandera de One Piece se alza con la Generación Z; ahora en las manifestaciones en Lima, Perú

Una marea de jóvenes —con la bandera de One Piece como estandarte—, inundó las calles de Lima el sábado, decididos a expresar su frustración frente al gobierno de Dina Boluarte.
Entre gases lacrimógenos y balas de goma, la Generación Z peruana buscó hacerse escuchar, denunciando corrupción y la reforma previsional que los afecta directamente. Aunque no se reportaron heridos graves, la tensión en torno al Congreso y Palacio de Gobierno volvió palpable la indignación de quienes representan casi un tercio de la población del país.
La protesta se convirtió en un espectáculo de símbolos y creatividad: carteles con ratas de cartón, banderas del Perú y del anime japonés, que se ha transformado en un emblema de resistencia juvenil; “Estamos cansados de que esto se mantenga simplemente como normalizado”, dijo Santiago Zapata, estudiante universitario de 22 años, mientras avanzaba entre la multitud, que se enfrentó a las barreras policiales con cánticos y empujones.
Las autoridades, por su parte, justificaron el uso de la fuerza como medida para proteger la sede del Congreso. Sin embargo, analistas advierten que la indiferencia frente al reclamo social podría intensificar la conflictividad. La tensión política se suma a un historial de crisis: acusaciones de corrupción, la suspensión de fiscales y la matanza de más de 50 personas en protestas de 2022 y 2023, han mantenido al país en un clima de desconfianza hacia el gobierno.
Con elecciones presidenciales y legislativas previstas para abril de 2026, estas movilizaciones juveniles se presentan como un termómetro de la paciencia social. La economía, especialmente la minería, ha sufrido bloqueos y protestas que reflejan un descontento profundo. Entre gritos, pancartas y banderas de anime, la juventud peruana envía un mensaje claro: quieren ser escuchados y no permitir que la violencia y la impunidad sigan marcando el rumbo del país.