Conmoción en Argentina por feminicidio transmitido en vivo

Argentina enfrenta una nueva tragedia marcada por la violencia machista: el brutal asesinato de tres jóvenes mujeres fue transmitido en vivo a través de redes sociales, en un caso que ya dejó 12 detenidos y que apunta a vínculos con el narcotráfico. Las víctimas fueron identificadas como Morena Verdi (20), Brenda Del Castillo (20) y Lara Gutiérrez (15), halladas enterradas en una vivienda del Conurbano Bonaerense tras cinco días desaparecidas.
La investigación señala que las jóvenes fueron engañadas bajo la promesa de asistir a un evento y subieron a una camioneta en el barrio La Tablada. Según las autoridades, cayeron en una trampa tendida por una organización criminal que buscaba “disciplinarlas”. Durante la transmisión del ataque, el presunto líder del grupo declaró: “Esto es lo que le pasa al que me roba droga”, dejando en evidencia la crueldad y la lógica de castigo que atraviesa al narcotráfico.
Pero más allá de los vínculos con el crimen organizado, el caso refleja la dimensión más extrema de la violencia de género: el uso de los cuerpos de las mujeres como herramienta de disciplinamiento y escarmiento público. Las autoridades confirmaron que la tortura, la mutilación y el asesinato fueron difundidos en un grupo cerrado de Instagram, lo que reaviva el debate sobre la responsabilidad de las plataformas digitales en la propagación de estos crímenes.
Organizaciones feministas y de derechos humanos denunciaron que se trata de un femicidio con un claro componente de violencia patriarcal, donde las mujeres fueron seleccionadas y expuestas como “mensaje” para otros. El gobernador Axel Kicillof afirmó que “el narcotráfico no conoce de fronteras ni jurisdicciones, y ejerce además todas las formas de la violencia machista”.
La indignación ya tomó las calles: vecinos y colectivos feministas convocaron a marchar el sábado bajo la consigna “no hay víctimas buenas ni malas, hay femicidios. Ninguna vida es descartable”. La exigencia es clara: justicia para Morena, Brenda y Lara, y un compromiso real del Estado frente a una violencia que no deja de cobrar vidas.