Ibrahim Traoré y el legado de Thomas Sankara: Burkina Faso retoma la ruta de la revolución

Cuarenta y dos años después de la Revolución Democrática y Popular de 1983, Burkina Faso vive un momento de transformación que muchos consideran la continuidad del proyecto inconcluso de Thomas Sankara. Su hermano menor, Valentín Sankara, destacó recientemente que el actual jefe de Estado, Ibrahim Traoré, encarna la línea de emancipación política, social y económica que impulsó el líder panafricanista asesinado en 1987.
El Memorial de Thomas Sankara, inaugurado en mayo de 2025 en Uagadugú, recuerda a los 13 dirigentes revolucionarios ejecutados durante el golpe de Estado de Blaise Compaoré, con apoyo de Francia. El monumento, levantado en el mismo lugar donde fue ultimado Sankara, simboliza la voluntad de mantener viva su herencia política.
Traoré, quien tomó el poder en septiembre de 2022 tras derrocar a Paul-Henri Damiba, ha impulsado políticas que evocan al legado sankarista: la expulsión de tropas francesas, la renacionalización de las reservas de oro —Burkina Faso es el cuarto productor mundial— y un plan de industrialización y soberanía alimentaria. Además, el país trabaja en desligarse del franco CFA, símbolo del control colonial francés en África occidental.
Los resultados comienzan a reflejarse en la economía. Según el Banco Mundial (julio 2025), el crecimiento pasó de 3 % en 2023 a 4,9 % en 2024, y más de 700 mil personas salieron de la pobreza extrema en un año, gracias a la mejora en seguridad y autosuficiencia agrícola.
Con un fuerte respaldo popular, Traoré se presenta como heredero de una revolución que buscó romper con el neocolonialismo. Para la familia Sankara y buena parte de la población, Burkina Faso está retomando el camino de soberanía iniciado en 1983.
