El Parlamento de El Salvador, con mayoría oficialista, dio luz verde a una reforma constitucional que permite la reelección indefinida del presidente y extiende el mandato presidencial de cinco a seis años. Este cambio fue promovido principalmente por el partido Nuevas Ideas y sus aliados políticos.

Además de habilitar la reelección sin límite, la reforma elimina la segunda vuelta electoral cuando ningún candidato logra mayoría absoluta en primera ronda. Este ajuste modifica sustancialmente el sistema electoral existente, simplificando el proceso de elección presidencial.

La oposición, integrada principalmente por ARENA y Vamos, expresó su rechazo a la reforma, denunciando que fue aprobada sin un proceso de consulta pública adecuado. La crítica se centró en que esta medida representa un retroceso para la democracia en el país.

Este cambio constitucional abre un nuevo capítulo en la política salvadoreña, afectando la dinámica electoral y la duración del poder ejecutivo. Los analistas observan con atención cómo será la implementación y sus consecuencias en la gobernabilidad nacional.