México continúa siendo un actor clave en el tráfico internacional de drogas, ya sea como país productor, de tránsito o destino de sustancias ilícitas. Así lo señala el Informe Mundial sobre Drogas 2025, presentado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

El documento indica que, durante 2023, el consumo global de drogas alcanzó a 316 millones de personas, un aumento del 28 % respecto a hace diez años. Entre las sustancias con mayor demanda se encuentran la marihuana, los opioides, la cocaína y las metanfetaminas, estas últimas con fuerte presencia en rutas que parten desde México hacia Estados Unidos, Asia y Oceanía.

En paralelo, la producción mundial de cocaína superó las 3 700 toneladas, marcando un nuevo máximo histórico. El informe también subraya que la disminución en los cultivos de opio en Afganistán ha reforzado la posición de México como país productor de derivados, en particular a través del incremento de laboratorios clandestinos.

Los mapas incluidos en el reporte evidencian que México figura de forma recurrente en los flujos globales de narcóticos, tanto en el origen como en el tránsito. La UNODC alerta sobre el papel cada vez más relevante de las rutas mexicanas para el tráfico de fentanilo y metanfetaminas, lo que ha encendido alertas sanitarias en varios países.

Ante este panorama, la agencia internacional recomienda fortalecer la cooperación entre gobiernos y adoptar estrategias integrales que aborden tanto la producción como el consumo. También se hace un llamado a ampliar los programas de prevención y a reducir la vulnerabilidad social en comunidades afectadas por estas dinámicas.