El obispo auxiliar Tomás López Durán dedicó la homilía de la misa del Segundo Domingo de Resurrección al descanso del alma del Papa Francisco, tras su fallecimiento.

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Lo anterior, tras el fallecimiento del primer Papa latinoamericano, Jorge Bergoglio, de origen argentino, quien murió el pasado lunes 21 de abril a los 88 años.

Por ello, al inicio de la homilía, dedicó la misa del Segundo Domingo de Resurrección al descanso del alma del líder de la Iglesia Católica, y también la ofreció por las víctimas de las guerras en el mundo, así como por los enfermos y discapacitados.

En representación del arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, López Durán pidió por el descanso eterno del alma del Papa.

Al respecto, reconoció como parte de su legado el abrir a la feligresía “al misterio de la Palabra de Dios: ¿Qué cosa Él quiere de su Iglesia y qué les dice a los corazones tristes, atemorizados por las diferentes realidades que vivimos en todo el mundo? Él dice: la única respuesta está en contemplar el misterio del Crucificado que murió y resucitó; esa es la esperanza de todos los pueblos de la tierra”.