El largo mutis de Antorcha en paro BUAP; culpabilidad manifiesta

En la política poblana nada es casualidad y el reciente paro en la BUAP no es la excepción.
Entre marchas, plantones y exigencias estudiantiles, apareció el fantasma de Antorcha Campesina, denunciado por el mismo gobernador Alejandro Armenta.
No dudó en señalar a la organización como la mano que mece la cuna del conflicto.
El fuego de la controversia se avivó, y todos esperaban una respuesta inmediata de Antorcha.
Pero el silencio se extendió por más de 48 horas antes de que su líder en Puebla, Juan Manuel Celis Aguirre, finalmente rompiera el mutismo para negar cualquier injerencia en el movimiento estudiantil.
Demasiado tarde.
Y lo peor, no contestó que hacía su vocero promocionando comunicados de los paristas.
En política, los tiempos lo son todo y, en este caso, ese retraso dejó el campo abierto.
Sino están inmiscuidos ¿por qué callar tanto tiempo? ¿no sabían qué responder?
Mientras los universitarios en paro defendían la autonomía de su lucha, se sostenía con alfileres su narrativa.
Cuando finalmente hablaron los aludidos, lo hicieron con la misma tibieza con la que un funcionario evade responder preguntas incómodas.
Antorcha tardó en responder y el que calla otorga, aunque salga después.
Al final del día, la comunidad BUAP sigue esperando pacientemente.
Monzón, justicia tardía, justicia negada
El juicio por el feminicidio de Cecilia Monzón ha sido aplazado nuevamente.
No es la primera vez que ocurre ni, lamentablemente, parece que será la última.
La estrategia dilatoria de la defensa de los acusados, que en esta ocasión se escudó en un cambio de abogado, solo suma más desesperanza a un proceso que ya de por sí es un reflejo de las fallas estructurales de nuestro sistema de justicia.
Y, sin embargo, a pesar del impacto mediático y la aparente contundencia de las pruebas contra el excandidato a gobernador de Puebla, Javier Z, presunto autor intelectual del crimen, la justicia sigue en pausa.
La defensa ha encontrado en las tácticas dilatorias su mejor aliada, en toda esa estratagema del sistema judicial.
¿Luego se preguntan porque se necesita el cambio?
Han pasado casi tres años y seguimos en un callejón de aplazamientos.
Mientras tanto, la familia de Cecilia Monzón enfrenta el doble calvario de su pérdida y de un sistema que parece diseñado para desgastar a las víctimas antes que a los agresores.
No es un caso aislado: la revictimización de las familias en procesos judiciales interminables es una constante en México.
La violencia de género en México no es solo una crisis de seguridad; es una crisis de justicia.
Y mientras el Estado no tome medidas efectivas para evitar que estos procesos se conviertan en un laberinto sin salida, el mensaje es claro: la justicia es un privilegio y no un derecho.
El caso de Cecilia Monzón no puede quedar atrapado en la telaraña de la burocracia judicial.
Porque, como bien dice el dicho, justicia tardía es justicia negada.
Por Jorge Castillo
Editora: Socorro Juárez