El diputado morenista y exfutbolista, Cuauhtémoc Blanco, se encuentra en capilla. Su futuro legislativo está en manos de sus dos rivales acérrimos: el fiscal morelense, Uriel Carmona, y su exsocio político y compañero de bancada, Hugo Eric Flores Cervantes. Ambos, en una acción concertada, llevan al examericanista en camino al desafuero. Las denuncias por el desfalco de 40 millones de pesos contra el Cuauh van lentas, pero el delito de abuso sexual acelera su defenestración.

El diputado Cuauhtémoc Blanco ya no es útil a Morena. Al interior de la bancada del partido en el poder, la consigna es la aplicación de una de las frases juaristas: “ley a secas”. Sostenerlo dentro del partido era arriesgado con las acusaciones de desfalco por la interpretación de corrupción que conlleva. Pero en el tema sexual, Morena abandera la frase: “es tiempo de mujeres sin violencia”. Esa es la línea a seguir, y es más rentable deshacerse de un diputado que se puede convertir en un escándalo de incongruencia para el partido guinda.

El coordinador del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal Ávila, afirmó que en la solicitud para retirar el fuero a su correligionario Cuauhtémoc Blanco habrá “aplicación estricta de la ley”, y aseguró que su bancada no protegerá a nadie.

Cuauhtémoc Blanco se encuentra acorralado. Las señales dentro de la bancada Morena son claras: Blanco es insostenible. En su momento, la gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia, rompió cualquier nexo con la administración pasada. Y su incubador político, Hugo Erico Flores Cervantes, lo repudió desde 2023 y lo acusó de traidor.

Dos años después se encuentra en sus manos, ya que preside la Comisión Jurisdiccional y una vez que llegue la solicitud de desafuero contra Cuauhtémoc Blanco a la Secretaría General de la Cámara de Diputados, será turnada a la Sección Instructora, que él preside.

Y es que su paso como gobernador lo llevó a un choque político con el fiscal estatal, Uriel Carmona, ya que él está ligado políticamente al exgobernador Graco Ramírez Abreu, al grado de haber sido el “fiscal carnal”. El conflicto creció cuando “Guacamaya Leaks” destapó vínculos de Carmona Gándara con Los Rojos, a lo que el abogado justificó que se trataba de acusaciones inventadas por gente cercana a Cuauhtémoc Blanco. La rivalidad existe y está documentada.

La gestión del exfutbolista estuvo plagada de sospechas por desvíos millonarios de fondos públicos, incompetencia en la resolución de problemas sociales cruciales y, ahora, despreciado por integrantes de su partido. Y desde finales de 2023, la media hermana del exfutbolista y ahora diputado lo denunció por supuestamente presionarla para que accediera a tener relaciones. Por ello, en este momento, no se puede dar marcha atrás contra el exjugador de lo contrario sus denunciantes quedarán en entredicho.

Más indicios de que se trata de un caso de vendetta política no se puede. En este momento, Cuauhtémoc Blanco tiene flores a su alrededor y se acerca la última palada a su carrera política.

Editor: Fabián Sánchez