Violencia contra la mujer, el tema pendiente | La Pasarela
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El 8 de abril de 2019 se emitió, por primera vez en Puebla, la alerta de violencia de género para 50 municipios.
Desde entonces, sólo se medio trabajó, se medio maquilló y nada se avanzó.
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) colocaron a Puebla en el cuarto lugar del país con más mujeres que sufrieron violencia en su última relación de pareja.
El 49.3 por ciento de las entrevistadas afirmaron que eran víctimas de algún tipo de estas violencias: psicológica, física, sexual, económica o patrimonial.
El informe destacó que prevalece la violencia que sufren las mujeres de 15 años y más a lo largo de su vida.
Las poblanas reportaron ser víctimas principalmente de violencia psicológica y luego económica.
Pero Puebla no sólo estuvo dentro de los primeros lugares, sino que también estuvo en las primeras posiciones de mujeres violentadas por sus parejas en los últimos 12 meses del año pasado con 21.4% y mujeres violentadas a lo largo de su vida como estudiantes, con el 31.7 por ciento.
En el ámbito laboral, el 26.1 por ciento de las mujeres dijeron haber sufrido violencia durante toda su vida laboral.
Pero lo más grave es que en estos cinco años, en que se debieron aplicar políticas para frenar la violencia contra la mujer, se registraron por lo menos 201 feminicidios.
No bajó nada.
Por eso mismo, ahora cobra suma importancia, más que nunca, el impulso que le empieza a dar el gobernador Alejandro Armenta a las Puerta Violeta o Puertas Carmen Serdán, como ahora se les nombrará en Puebla.
Hace unos días, inauguró la primera de las 27 Casas Violeta que se instalarán en el estado durante este año, 15 de éstas en los 100 días iniciales de su gobierno.
Se busca salvar vidas, prevenir y evitar feminicidios; por ello, estos espacios estarán destinados a ser refugios para mujeres, niñas, niños, adolescentes y adultos mayores que se encuentren en situación de violencia.
Se ofrecerán servicios de asesoría legal, atención por parte de peritos en psicología, abogados, criminólogos, trabajo social y un comedor. Esto forma parte del compromiso de proporcionar un espacio adecuado donde se pueda refugiar a hijas e hijos, mujeres, adolescentes y adultos mayores.
Incluso, el municipio de San Andrés Cholula, que preside Lupita Cuautle, ya reactivó el proyecto.
Ahora, otra fase de este combate debería ser en los ministerios públicos, policías, empresas y hasta en escuelas, para dar apoyo total por todos lados.
Un problema mayúsculo en Puebla que ha ido creciendo y que requiere pronta solución.
Por lo pronto, se está tomando al toro por los cuernos.
Tiempo al tiempo.