¿Importa la cultura en Puebla? El desairado anuncio de la exposición de Picasso en el Museo del Barroco | Atanor
Esta semana, todas las discusiones se han dirigido, muy acertadamente, a Trump y la situación de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, tal como lo hizo el gobernador de Puebla, Alejandro Armenta, en su conferencia de prensa de este lunes, desde el Palacio Municipal de la capital.
Sin embargo, en el evento, también se aprovechó para presentar lo que será la primera exposición organizada por su administración en el Museo Internacional del Barroco (MIB), la cual ha pasado sin pena ni gloria, al grado de que la noticia bien pudo titularse como “Con barullo, reciben reporteros anuncio de primera exposición de gobierno de Armenta en el MIB”, lo que nos hace preguntar si, fuera de las tramas políticas, realmente nos importa la cultura.
Este evento es –o debería ser- de significativa importancia, porque materializa la primera acción de la nueva administración de Armenta sobre aquel polémico inmueble que tantos dolores de cabeza ha causado a los gobiernos estatales después de Moreno Valle, su creador. Debe recibir especial atención, también, porque el gobernador, precisamente, no se ha cansado de señalar desde campaña la desmedida deuda que enfrentan los poblanos por su construcción a través de las figuras de las APP y PPS, que señala de hasta 11 mil millones de pesos.
Las acciones sobre el llamado “Monumento a la corrupción”, por el propio Armenta, se inscriben, además, en la política cultural de su gobierno. Reiteradas veces, ha posicionado a este rubro como un importante motor de la siempre evocada “recomposición del tejido social”, incluyéndola con énfasis, incluso, dentro de su estrategia de seguridad, a través de lo que ha denominado “obra humana”. Por lo tanto, las acciones culturales de esta administración son importantes, y tienen mucho que decir.
El aviso estuvo a cargo de la titular de Museos Puebla, María José Farfán, quien queda a cargo de los 21 recintos del estado, las colecciones y que ya suma en su presente labor la exposición “Misterio de María en Puebla”, actualmente en San Pedro Museo de Arte. El tema es que fue evidente la desatención y el desaire de una buena parte de la prensa durante el anuncio de “Picasso y el erotismo de La Celestina”.
Durante la explicación de la directora sobre las obras que conformarán la muestra y que incluye la presentación de cinco artistas poblanos –un hecho poco común en exposiciones de gobierno y menos frecuente en el Barroco- fue evidente el ruido y las pláticas que comenzaron a llenar el espacio del Palacio Municipal, claro, no de todos. Silencio sepulcral ante las palabras de Armenta o Chedraui, barullo para la cultura.
Además de una lamentable falta de respeto, este desaire es el claro reflejo de que los medios, principales difusores de las voces poblanas, han caído en un círculo vicioso en el que la cultura será uno de los temas de menor preponderancia.
En Puebla, la mayoría de las discusiones mediáticas sobre cultura giran en torno a las acciones o no acciones, según sea el caso, de la infame Anel. En segundo lugar, algunos portales y columnistas se vuelcan hacia el tema sólo cuando algo parece salir verdaderamente mal, como la llegada de funcionarios no aptos, la desaparición de obras, o bien la aparición de piezas falsas en exposiciones (usualmente también relacionadas con este personaje).
Todos estos temas son sumamente graves, cabe destacar, pero si se trata de denunciar, hay un sinfín de actividades, artistas, gestores y agrupaciones que también tienen mucho que decir sobre la pugna de espacios, recursos y empleos, a quienes se les debe dar voz para generar un verdadero diálogo enfocado a resultados. Pero se sabe que la cultura suele ser usada, generalmente, como un instrumento de golpeteo político.
Claro está, un destacado reconocimiento a los portales que incluyen la sección de “Cultura” en su listado y a los reporteros que cubren “la fuente”, sin embargo, en muchos casos, ni los boletines de las actividades organizadas por las administraciones llegarán a las redes, y casi ninguna nota del tema a las portadas o a los impresos. Esperemos la cobertura de la inauguración de “Picasso y el erotismo de La Celestina”, aunque no vaya el gobernador.
El asunto no está de más ni es una invención. En entrevista de esta autora con Farfán, al conversar sobre las visitas al MIB, puntualizó que “sí llegan visitantes”, pero bien aprovechó para indicar que, tras la puntual instrucción de Armenta para acercar la cultura a todos, “lo único que queremos es que nos apoyen también los medios de comunicación para la difusión…. para que el público pueda asistir”, en el afán de informar qué espacios hay, las exposiciones, así como promociones.
Generar un óptimo puente de comunicación, difusión, para colocar a la cultura, al menos en la mesa de discusión, es una gran demanda y una responsabilidad de los medios de comunicación. Ojalá la irrespetuosa falta de atención no se vuelva a repetir. Mientras, tendremos cuatro largos años para hablar de Trump.