Zapatos de tacón, de símbolo masculino a glamur femenino
El famoso diseñador Christian Louboutin, conocido por sus icónicos zapatos de tacón rojo, una vez dijo: “Los zapatos transforman el lenguaje corporal y la actitud. Nos elevan física y emocionalmente”.
Sin duda los zapatos de tacón son actualmente símbolo de glamur, feminidad y gran atractivo sexual; junto con otros accesorios como los bolsos y los cinturones determinan el estilo de una persona.
Sin embargo, este accesorio pedestre de la vestimenta hecho con la intención de proveer protección no fue creado para ellas, sino para ellos. Su origen se remonta a un tiempo en el que eran un símbolo de poder y estatus… ¡para los hombres!
La evolución de los zapatos es un viaje fascinante que refleja no solo cambios en la moda, sino también en la funcionalidad y la cultura a lo largo de la historia. En la antigüedad, los zapatos eran principalmente utilitarios.
Se usaban para proteger los pies de las inclemencias del tiempo y de terrenos difíciles. Por ejemplo, en civilizaciones como la egipcia, los zapatos eran hechos de materiales como papiro o cuero, y se utilizaban tanto por razones prácticas como simbólicas, ya que a menudo estaban asociados con el estatus social.
Con el tiempo, los zapatos comenzaron a evolucionar en diseño y estilo. En la antigua Grecia y Roma, se popularizaron las sandalias, que permitían una mayor ventilación y comodidad en climas cálidos.
A medida que las sociedades se desarrollaban, los zapatos también se convirtieron en una forma de expresión personal y un símbolo de moda, reflejando las tendencias y valores de cada época. Así, lo que comenzó como una necesidad básica se transformó en un elemento esencial de la vestimenta y la identidad cultural.
Durante siglos los tacones fueron utilizados en el Medio Oriente como el calzado para los jinetes.
En los combates de Persia los soldados utilizaban estos zapatos para lograr aferrarse a sus estribos, de esta manera se sujetaban a su caballo y podían lanzar flechas al mismo tiempo.
Para finales del siglo XVI el Shah Abbas I, quien contaba con la caballería más grande del planeta, deseaba establecer lazos con gobernantes de Europa Occidental para conseguir aliados al momento de enfrentar a su mayor enemigo, el Imperio Otomano.
De esta manera, en 1599 Abbas envió su primera misión diplomática a Europa, a las cortes de Rusia, Noruega, Alemania y España.
En ese momento los nobles europeos, especialmente en Francia, utilizaban los tacones para elevar su estatura y, con ello, su posición social. El rey Luis XIV, conocido por su amor a la moda, popularizó los tacones rojos, que se convirtieron en un signo de su autoridad.
Cuando los zapatos de tacón llegaron a las clases más bajas, la aristocracia aumentó dramáticamente la altura de sus zapatos, y nació el zapato de tacón alto.
La moda llegó a la Gran Bretaña y al rey Carlos II de Inglaterra en su coronación en 1661 se le representa calzando un enorme par rojo, con tacones estilo francés pese a que él medía 1.85 metros.
Más tarde, las mujeres y los niños adoptaron este elemento del vestuario masculino. Entonces la clase alta europea optó por una moda de zapatos unisex hasta el final del siglo XVII.
Años después cuando explotó el movimiento intelectual de la Ilustración, llegó un nuevo respeto por lo racional y lo utilitario. La moda masculina giró hacia una ropa más práctica. Ellos, adoptaron una moda mucho más sobria.
Las mujeres en este punto de la historia eran vistas más emocionales, sentimentales y poco educadas. Los tacones altos se convirtieron en un ejemplo típico de la moda poco práctica.
Los hombres dejaron los tacones en 1740, puesto que eran vistos como afeminados.
Pero, esto fue sólo 50 años antes de que desaparecieran también de los pies femeninos, justo después de la Revolución Francesa.
Fue a la mitad del siglo XIX, cuando los tacones regresaron. Los que trabajaban en la pornografía fueron los primeros en usar la nueva tecnología, tomando fotos de mujeres desnudas para postales, donde las modelos posaban en posiciones que recordaban a los desnudos clásicos, pero calzando tacones modernos.
En la década de 1960 regresó el tacón bajo en las botas de vaqueros y en los años 70 los hombres lucieron zapatos de plataforma.
A medida que avanzaba el tiempo, los tacones fueron perdiendo su atractivo entre los hombres y comenzaron a ser adoptados por las mujeres.
En el siglo XIX, las mujeres empezaron a usarlos como una forma de expresar su feminidad y elegancia. La transición fue gradual, pero en el siglo XX, los tacones se habían consolidado como un símbolo de glamur y seducción.
Actualmente, los zapatos de tacón son una parte esencial del guardarropa de muchas mujeres, pero, también están siendo redescubiertos por hombres que buscan desafiar las normas de género.
La moda, en su esencia más pura, no tiene género. Como dijo el diseñador Giorgio Armani: ” La moda no se trata de lo que llevas puesto, sino de cómo lo llevas”.
En conclusión, la historia de los zapatos de tacón es un recordatorio de que la moda es un reflejo de la cultura y la sociedad en constante cambio. Aunque los tacones han evolucionado para convertirse en un símbolo de glamur femenino, su historia rica y compleja nos enseña que la moda no tiene género, pero sí una historia fascinante que vale la pena explorar.
Y como dijo la diseñadora Coco Chanel: “Mantén tus tacones, tu cabeza y tu criterio siempre elevados”.
La próxima vez que utilice unos tacones, recuerde que usted lleva consigo un pedazo de historia y que al mismo tiempo es una forma para expresar parte de su esencia.
Por: Adela Ramírez
Editora: Socorro Juárez