El negociador Trump | Tremores



Tremores

Tremores. Donald Trump tiene una forma de negociar muy peculiar, criticada desde hace casi 40 años, pero que le ha funcionado para ser un millonario y haber llegado dos veces a la Casa Blanca, en periodos no consecutivos. En su libro, “The Art of The Deal” (“El Arte de Negociar”), publicado en 1987, con coautoría del periodista Tony Schwartz, desdeña su forma de negociación poco diplomática, aunque él le llama “un arte”. Por eso, no sorprende que realice, como dirían en el Póker, un bluff, un engaño, un “farol”, cuando de ganar se trata. Uno de los puntos que se aplica a México es este: “A veces, parte de alcanzar un acuerdo consiste en denigrar a tus competidores”. Pero, ¿qué pasa cuando le sale alguien más chipocludo que él? Simple, negocia. Si es más débil, lo aplasta. Por eso cuando se reunió con el ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador, lo calificó de “amigou”, y seguramente hará lo mismo con la presidenta Claudia Sheinbaum. En esta obra se encuentran frases que retratan al personaje, no al que gobierna, porque Trump no va a gobernar, va a administra el negocio que es Estados Unidos. “No puedes engañar a la gente, al menos no por mucho tiempo”, “Puede ser que la gente no siempre piense en grande, pero se emocionan mucho con los que lo hacen”, “El dinero nunca fue la principal motivación para mí, excepto como una forma de llevar las  cuentas. La verdadera emoción es jugar el juego”. ¿Sociopatía? Por supuesto. Pero con este buey hay que arar, diría el popular refrán.

¿O no?

Teman, izquierdosos

La senadora Lilly Téllez tiene el plan perfecto para derrotar a Morena, a la Cuarta Transformación, sacar a López Obrador de su silencio, desterrar a la presidenta Claudia Sheinbaum y que todos los gobernadores, gobernadoras, legisladores, alcaldes, presidentas municipales y demás funcionarios de gobierno se vayan a Venezuela: pedirle a Estados Unidos que intervenga en el país. No, no es chiste, esto pasó en lo más alto de la tribuna del Senado. La representante de los intereses de Ricardo Salinas Pliego demandó ayuda a Donald Trump para, literal, “sacar a los narco izquierdistas del poder”. Si no es una vende-patrias, no sabemos qué sea. Pero no fue la única escenita que protagonizó. Como para bajarle unas rayas al tigre, destensar la situación y que continuara la sesión, la senadora María Guadalupe Chavira de la Rosa tuvo la ocurrencia de sugerir al presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña, y la exconductora de noticieros que se sentaran a tomar un café y el petista explique a la panista por qué dice que “Rusia tiene un verdadero sistema democrático y EU no”. Ambos la rechazaron, pero nos recordó el affaire que crearon en redes con su presunto bellaco amorío. Así se las gasta la oposición traidora de México en la Cámara Alta.

¿O no?

Editor: Fabián Sánchez

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