Cuando un gobierno falla | Tremores



Tremores

Tremores. España vive momentos caóticos, Valencia, en específico, donde un vendaval dejó lodo, muerte y dolor. Pero cuando un gobierno es disfuncional, pasan las escenas que se han vuelto virales. Y no sólo la administración, sino la realeza también fue objeto del enojo social. ¿Para qué van? Se desmoronan ambos. Pedro Sánchez, el presidente, tuvo que salir huyendo de la zona cero de las inundaciones, al grito de “baja, hijo de puta”. Cinco días después de la tragedia, la ayuda o no ha llegado o está a cuentagotas. Cuando un gobernante emprende la fuga de sus gobernados, es momento de pensar en poner la renuncia en la mesa y retirarse a sus habitaciones. Incompetencia, le dicen. Otra escena más la protagonizaron los reyes, esos que tienen siervos al otro lado del charco. Pues sus súbditos se le voltearon, ya que Don Felipe de Borbón y su esposa, Doña Letizia, como pomposamente se anuncian, recibieron la furia hecha por el abandono. Sólo fueron a posar para la foto, para vestir las redes sociales de la monarquía, pero encontraron lodo, literal. También la policía española recibió la metralla de los ibéricos protegiendo a los dueños de España. Que sigan comprando armas y cartuchos a Israel para mandarlas a Ucrania, a los damnificados por el DANA, que se jodan por osar ensuciar los ropajes reales de Sus Altísimas Majestades y perseguir, y golpear, al progresista Pedro Sánchez. Es sarcasmo.

¿O no?

Perdiendo la fe

Otro hecho que nos hace poner cara de Poker Face, también nos confirma el conocido refrán popular: “el camino al infiero está lleno de buenas intenciones”. En redes, una ardilla se volvió viral porque su rescatador, Mark Longo, la cuidó durante 7 años y constantemente publicaba videos en TikTok con su mascota. Tenían una relación estrecha. Pero, una supuesta ambientalista, “preocupada” por la salud del roedor, denunció a la Policía de Nueva York al influencer por maltrato. Caray. Así, funcionarios del Departamento de Conservación Ambiental, en un acto por demás perverso, allanaron la casa de Mark Longo para incautar a Peanut. Más tarde, se informó que este organismo gubernamental sacrificó a la ardilla. En redes, exhibieron a la ambientalista que denunció, de nombre Monica Keasler. Pero no sólo fue Peanut, también se llevaron a un mapache de nombre Fred, a quien también le aplicaron la eutanasia. Estamos ante un abuso de autoridad que nos hace perder la fe en la humanidad

¿O no?

Editor: Fabián Sánchez

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