“Pilatos” Calderón | Tremores
Tremores. Esto que sucedió el miércoles debe quedar como antecedente que el expresidente Felipe Calderón es un mal amigo. O por lo menos, no sabe cómo decir “sí es amigo, pero no es mi amigo”. Eso sí, el panista acaba de ganarse la mejor lavada de manos de la historia política del país. En cuanto se dio a conocer la sentencia contra su mano derecha en la Guerra contra las Drogas, Genaro García Luna, el exmandatario publicó, raudo y veloz, un deslinde típico de alguien que sabe sus pecados, pero cínicamente los evade y empina a quien tenga enfrente. “Soez” es la palabra más políticamente correcta (sí, es horario familiar y hay menores presentes) para definir lo hecho por el michoacano. Era de esperarse. Mientras tanto, las voces de sus correligionarios (ojo, de los propios panistas) se hacen cada vez más ruidosas: Felipe Calderón tiene que rendir cuentas por lo hecho en su sexenio, sepa o no de los excesos de su exsecretario de Seguridad. Por cierto, a la hora de la publicación del post en X eran las 17:12 de la tarde en México; en España, las 1:12 de la madrugada del jueves. ¡Vivan las visas doradas de la impunidad!
¿O no?
Las viudas de don Genaro
Esta condena provocó un inusual silencio de personajes panistas que, en algún momento, defendieron al llamado “súper policía” del sexenio calderonista. Sí, Felipe ya salió, pero otros como Roberto Gil Zuarth, a quien le recordaron cuando, desde la más alta tribuna del país, la de San Lázaro, salió en su defensa de los ataques y acusaciones de corrupción. Este personaje de la picaresca afirmó que se va a postular para ser ministro de la Tremenda Corte. No pues miau. Otro es el extitular de Seguridad Pública de Puebla, venido a articulista y cabecilla del operativo en Chalchihuapan, Facundo Rosas Rosas. Sí, se pone a dar lecciones de seguridad, critica al gobierno en turno si algo se hace mal, según su óptica, cuando nunca rindió cuentas por sus nexos con García Luna ni por la muerte de José Luis Tehuatlie Tamayo. Su más reciente colaboración fue publicada antes de darse a conocer la sentencia, con todo el cinismo del mundo.
¿O no?
¿Magia o acuerdos?
El pasado lunes les compartimos en este espacio (ver en este ENLACE) el chiquero en el que se había convertido el Centro Histórico, con los miles de vendedores informales. Pero, oh sorpresa, este miércoles amaneció el primer cuadro sin ningún ambulante. ¿Magia? No, eso queda descartado. Lo más seguro es que hubo alguna negociación con el entrante Ayuntamiento para liberar las céntricas calles, y eso lo interpretamos por la presencia en la investidura de Pepe Chedraui de dirigentes de organizaciones de comerciantes. No nada más sirve el brazo fuerte de la ley, sino llegar a acuerdos, que sean para bien tanto de las y los poblanos como de ese sector de la sociedad. Todos podemos ganar, sin duda.
¿O no?