¿Qué es la Inteligencia Artificial? | Aprendiendo de tecnología
Por: Ignacio Algredo-Badillo
En los últimos años se ha escuchado, leído y, para algunos, utilizado la Inteligencia Artificial (IA), tanto que se han hecho común en la vida diaria estos conceptos y su tecnología.
De manera práctica, la IA es una rama de la informática que se enfoca en la creación de aplicaciones, robots o sistemas capaces de realizar tareas que pareciera que se hace con inteligencia humana.
Para llevar a cabo esto, las funciones a replicar se enfocan a habilidades como el aprendizaje, la percepción, el razonamiento, la resolución de problemas, el reconocimiento del habla, la traducción de idiomas y la toma de decisiones, permitiendo en consecuencia, el hacer reconocimiento mediante visión artificial, el entendimiento de las palabras escritas (textos, documentos, búsquedas) o habladas (voz, videos, videoconferencias), resolución de problemas computacionales complejos (problema del vendedor viajero, problema de embalaje en contenedores, problema de la ruta de vehículos), robótica (manejo de sensores, el caminar, el controlar brazos robóticos), etcétera.
Entonces, la IA permite replicar las habilidades que la inteligencia humana ofrece, lo cual se lleva a cabo a través de algoritmos y modelos matemáticos o computacionales.
Por ejemplo, si se desea hacer un sistema que separe las naranjas en calidad local, calidad nacional o calidad internacional, se debe ver cómo replicar las habilidades necesarias.
Una de muchas formas es ocupar una cámara que vea cada naranja para clasificarla en alguna calidad. Preguntándole a un experto de cómo lo hace, él puede decir que se fundamenta en color y tamaño, aunque haya otros expertos que lo hagan de manera diferente, este sistema debe replicar cómo lo hace el experto en cuestión. En este sentido, el sistema de visión artificial puede utilizar aprendizaje máquina, donde se le da un conjunto de muchas imágenes para los 3 tipos de calidad de la naranja y la computadora busca patrones para clasificar la naranja como se lo indica el experto. El sistema final de visión artificial tendría el modelo de aprendizaje que replicaría cómo separa el experto a las naranjas en sus clases de calidad, con la ventaja de que no se cansa en esta actividad repetitiva como lo haría un ser humano.
Hay varias clasificaciones de la IA, depende del área y la necesidad para clasificarla. Una de las formas es dividirla en: IA débil o estrecha (Narrow AI), IA fuerte o general (General AI) e IA superinteligente (Superintelligent AI).
La IA débil está diseñada para realizar una tarea específica o un conjunto limitado de tareas y es la más común hoy en día y se encuentra en tecnologías como los asistentes virtuales (Siri, Alexa), motores de búsqueda, sistemas de recomendación (Netflix, Amazon) y reconocimiento facial.
La IA fuerte tendría la capacidad de realizar cualquier tarea cognitiva que un ser humano puede hacer, dando habilidades de razonamiento y comprensión en una amplia gama de contextos, al igual que las personas.
Por último, la IA superinteligente se considera a una IA hipotética que supere en gran medida a las capacidades cognitivas de los seres humanos, es una IA que no existe pero es un tema de debate en el campo de la IA respecto a sus implicaciones éticas y de seguridad.
Con lo anterior en mente, es importante resaltar las aplicaciones de la IA. Una de ellas es tener asistentes virtuales como sucede con Siri, Alexa y Google Assistant, con quiénes se puede interactuar para darles órdenes y que lleva a cabo diferentes tareas. Otra de las aplicaciones tiene relación con los vehículos autónomos o robóticos, donde los vehículos como automóviles, drones, barcos, aviones, entre otros, ya pueden ser conducidos sin intervención humana.
Algo llamativo es que la forma en que ocurren ciertas enfermedades con patrones bien definidos y considerando situaciones con fuentes ruidosas, se reporta que las aplicaciones de diagnóstico médico ayudan mayoritariamente a los médicos a detectar enfermedades como el cáncer mediante el análisis de imágenes médicas.
Asimismo, la IA en redes sociales o en comercio electrónico ha permitido perfilar a sus usuarios y brindarles ofertas personalizadas que incrementan las ventas o interacciones. Las aplicaciones de la IA se han extendido a diversas áreas como la física, química, biología, áreas administrativas y financieras, robótica y muchas más, y, últimamente, es difícil no encontrarla en alguna área.
Finalmente, la IA tiene grandes desafíos y consideraciones, donde una de las principales consideraciones es la ética, porque existen grandes preocupaciones sobre el uso ético de la IA, como la privacidad, el sesgo en los algoritmos y el impacto en los empleos. Adicionalmente, la seguridad es de interés, porque a medida que la IA se vuelve más poderosa, es importante considerar cómo controlar y regular sus aplicaciones para evitar su mal uso. En conclusión, la IA es una tecnología con diversas aplicaciones que busca proporcionar a las máquinas con capacidades y habilidades humanas, reflejándose su enorme potencial para transformar industrias, empresas y negocios, así como mejorar la vida de los seres humanos.