Los partidos políticos con presencia en Puebla cerraron 2025 lejos de las metas de afiliación que anunciaron a lo largo del año; los registros oficiales del Instituto Nacional Electoral (INE) muestran un avance mucho más moderado y, en algunos casos, prácticamente inexistente.

El contraste más evidente se observa en Morena, que se propuso superar el millón de afiliados en la entidad, sin embargo, al cierre del año el padrón validado se ubicó en poco más de 509 mil militantes. Ante el rezago, la dirigencia estatal reconoció que el objetivo no se alcanzó y optó por ampliar el plazo hasta mediados de 2026.

Una situación más crítica enfrenta el Partido Revolucionario Institucional (PRI). A inicios de 2025, su dirigencia anunció la meta de incorporar 100 mil nuevos militantes, pero los datos del INE indican que solo un registro fue validado durante el año. Aunque el partido sostiene que conserva una base superior a los 40 mil afiliados, las cifras oficiales reflejan una pérdida sostenida que, en poco más de una década, redujo drásticamente su padrón.

El Partido Acción Nacional (PAN) ha seguido una ruta distinta. Su dirigencia ha señalado que ya no apuesta por afiliaciones masivas, lo que se traduce en un padrón estable, cercano a los 19 mil militantes, con un crecimiento moderado y consistente con años previos.

En tanto, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) también cerraron el año por debajo de sus objetivos. El PT reporta poco más de 17 mil afiliados, lejos de la meta de 60 mil, mientras que el PVEM suma alrededor de 26 mil militantes, menos de la mitad de lo que había proyectado.

Movimiento Ciudadano muestra un crecimiento paulatino, impulsado en parte por la incorporación de cuadros provenientes de otras fuerzas políticas, mientras que partidos locales y aliados de Morena, como Fuerza por México, mantienen metas más modestas, aunque todavía pendientes de reflejarse plenamente en los padrones oficiales.

En conjunto, los datos del INE dibujan un escenario en el que las promesas de expansión partidista contrastan con una realidad marcada por la lentitud en la afiliación efectiva, lo que sugiere un contexto de desgaste político, desconfianza ciudadana y reconfiguración del mapa partidista en Puebla rumbo a los próximos procesos electorales.