Coronango, Amozoc y Huejotzingo concentran las tasas más altas de homicidios en la zona metropolitana de Puebla
Los municipios de Huejotzingo, Coronango y Amozoc concentran la tasa de incidencia en homicidios, a pesar de ser municipios con menor número de habitantes. Un análisis reveló que estos concentraron los niveles más altos de violencia letal durante 2025.
Puebla capital acumuló más de 300 homicidios entre enero y noviembre, la cifra más elevada en términos absolutos. Sin embargo, al considerar una población cercana a 1.8 millones de habitantes, la tasa anualizada proyectada es de 20.1 homicidios por cada 100 mil habitantes resulta menor en comparación con otros municipios del entorno metropolitano.
El caso más crítico es Coronango, que con una población aproximada de 50 mil habitantes registró poco más de 20 homicidios en el periodo analizado con una tasa cercana a 50.4 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Amozoc ocupa el segundo lugar. Con alrededor de 125 mil habitantes, reportó más de 40 homicidios, lo que lo posiciona con una tasa de 39.4 por cada 100 mil habitantes como uno de los principales focos rojos en términos de violencia homicida.
Huejotzingo completa este grupo, con cifras menores en números absolutos, pero con una proporción elevada respecto a su población, con una tasa aproximada de 31.2 por cada 100 mil habitantes, aún por encima de la media estatal y nacional.
En contraste, San Andrés Cholula y San Pedro Cholula presentan tasas de homicidio más bajas, aunque enfrentan otros problemas de seguridad, como el incremento de delitos patrimoniales y violencia familiar, factores que inciden directamente en la percepción de inseguridad. Cuautlancingo se ubica en un punto intermedio, con indicadores que requieren seguimiento para evitar un deterioro mayor.
El análisis de la incidencia delictiva subraya la relevancia de evaluar las tasas por habitante y no únicamente los números absolutos. Municipios con menor capacidad institucional y policial enfrentan una presión delictiva significativa, particularmente en robos, violencia intrafamiliar y amenazas, delitos que concentran más de la mitad de las carpetas iniciadas.
Este panorama apunta a la necesidad de estrategias diferenciadas de seguridad. Mientras que Coronango, Amozoc y Huejotzingo requieren acciones urgentes para contener la violencia letal, otros municipios demandan políticas focalizadas en la prevención de delitos patrimoniales y el fortalecimiento del tejido social.
En conjunto, los datos confirman que la inseguridad en el área metropolitana de Puebla es heterogénea y presenta retos distintos según el contexto local.




