Habitantes de comunidades forestales de la Sierra Nororiental de Puebla alertaron por el avance de la tala ilegal en municipios como Tlatlauquitepec, Zaragoza y Teziutlán, y pidieron la intervención urgente de autoridades estatales y federales para frenar el deterioro ambiental en la región.

Ejidatarios y brigadas comunitarias señalaron que la extracción clandestina de madera se ha intensificado, en gran parte por la cercanía con el estado de Veracruz y la falta de vigilancia efectiva. A esto se suma, dijeron, la demora en permisos para el aprovechamiento legal, lo que deja en desventaja a quienes buscan manejar el bosque de forma sustentable.

En Tlatlauquitepec, comunidades con tradición en el cuidado forestal reconocen que la presión de los taladores rebasa su capacidad de vigilancia. En Zaragoza, pobladores reportan la transformación irregular de zonas boscosas para actividades ganaderas, mientras que en Teziutlán se mantienen recorridos constantes de tala clandestina, agravados por plagas y enfermedades forestales.

Registros de monitoreo ambiental advierten que Teziutlán ha perdido una parte significativa de su cobertura boscosa desde el año 2000, con impactos visibles como mayor erosión del suelo, reducción de la captación de agua y aumento del riesgo de deslaves en una zona montañosa y vulnerable.

Aunque existen acciones de reforestación, las comunidades consideran que son insuficientes frente al daño acumulado. Por ello, demandan una estrategia integral que incluya mayor presencia institucional, coordinación entre estados y respaldo real a los modelos de manejo forestal comunitario para evitar un deterioro irreversible de la Sierra Nororiental.