El expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, solicitó la divulgación íntegra de todos los archivos del caso Jeffrey Epstein en los que sea mencionado, con el objetivo de que se conozca públicamente cualquier referencia vinculada a su nombre. La petición se produce en un contexto de creciente presión social para transparentar uno de los escándalos más sensibles de las últimas décadas.

Clinton sostuvo que hacer públicos los documentos ayudaría a frenar especulaciones y versiones no verificadas que han circulado en torno a la red de relaciones del financiero acusado de tráfico sexual de menores. Afirmó que la apertura de los archivos permitiría a la ciudadanía acceder a información completa y evaluar los hechos con base en documentos oficiales.

El caso Epstein ha mantenido atención internacional por la magnitud de las acusaciones y por la lista de personajes políticos, empresariales y sociales que aparecen mencionados en expedientes judiciales y testimonios. La expectativa sobre la liberación de estos documentos ha reavivado el debate sobre la responsabilidad de figuras públicas y los alcances de la rendición de cuentas.

La postura del exmandatario se suma a las demandas de organizaciones y sectores que exigen mayor claridad sobre el funcionamiento de las redes de poder que rodearon a Epstein. En medio de este escenario, la transparencia se ha convertido en un eje central para esclarecer posibles responsabilidades y recuperar la confianza pública.