Trata de personas en el corredor Puebla-Tlaxcala: una red que sobrevive a la ley y a las fronteras
La trata de mujeres y niñas en el corredor Puebla-Tlaxcala continúa operando como una red criminal que aprovecha la cercanía entre ambos estados y la falta de coordinación institucional. Durante las jornadas Tramas de la trata Puebla-Tlaxcala, realizadas en la Universidad Iberoamericana, la antropóloga Ixchel Yglesias advirtió que estas redes funcionan como un sistema regional que rebasa fronteras y controles legales.
El diagnóstico expuso que el corredor opera como una ruta de ida y vuelta: víctimas reclutadas en Puebla son trasladadas a Tlaxcala y viceversa, para ser explotadas en bares, hoteles o casas particulares. Entre 2015 y 2022, la Fiscalía de Puebla registró 257 carpetas de investigación con 280 víctimas, en su mayoría mujeres. En contraste, en Tlaxcala solo se abrieron 19 investigaciones entre 2022 y junio de 2025, pese a que sus redes operan en varias entidades del país y en el extranjero.
El estudio también señaló que la trata se sostiene en condiciones de precariedad social. Bajos salarios, despojo territorial y la expansión de parques industriales crean escenarios de vulnerabilidad que son aprovechados por los tratantes. A esto se suma la normalización de la violencia y la falta de alternativas económicas para jóvenes en la región.
Otro foco de alerta es la ausencia de refugios especializados para víctimas y la escasa información oficial sobre el delito. En los últimos dos años, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública no ha reportado datos clave, lo que limita la atención y la prevención del problema.
Ante este panorama, la Ibero Puebla y organizaciones civiles llamaron a los gobiernos de Puebla y Tlaxcala a enfrentar la trata como un problema regional. Plantearon mayor coordinación entre fiscalías, creación de refugios estatales y programas preventivos en escuelas, al advertir que la impunidad sigue siendo el principal aliado de estas redes criminales.



