Estados Unidos prepara una nueva ronda de sanciones contra el sector energético de Rusia con el objetivo de aumentar la presión sobre Moscú en caso de que el presidente Vladimir Putin rechace un acuerdo de paz con Ucrania, de acuerdo con personas familiarizadas con el tema.

Entre las opciones que analiza el gobierno estadounidense se encuentra sancionar a los buques de la llamada flota oculta de petroleros rusos utilizados para transportar petróleo, así como a los comerciantes que facilitan estas transacciones. Algunas fuentes indicaron que las nuevas medidas podrían anunciarse esta misma semana.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, abordó estos planes durante una reunión con embajadores europeos, donde señaló que el presidente Donald Trump prioriza el fin de la guerra en Ucrania y que corresponde a las agencias preparar opciones para que el mandatario tome decisiones.

La Casa Blanca aclaró que, hasta el momento, Trump no ha tomado nuevas decisiones sobre sanciones. Por su parte, el Kremlin reconoció que tiene conocimiento de que funcionarios estadounidenses consideran imponer nuevas medidas y advirtió que cualquier sanción afecta el proceso de reconstrucción de las relaciones bilaterales.

Tras conocerse la información, el precio del petróleo registró un aumento momentáneo, con los futuros del Brent subiendo hasta 70 centavos por barril, antes de moderar su avance.

Funcionarios rusos aseguraron que la guerra se acerca a su fin, aunque reiteraron que las demandas territoriales de Moscú se mantienen sin cambios y descartaron la presencia de tropas de la OTAN en Ucrania como parte de un eventual acuerdo.