Honduras acusa injerencia de Estados Unidos en elecciones presidenciales y eleva denuncia a instancias internacionales
El gobierno de Honduras escaló la tensión diplomática al denunciar formalmente una presunta injerencia de Estados Unidos en las elecciones presidenciales celebradas a finales de noviembre, un proceso que continúa sin resultados oficiales definitivos. La acusación fue presentada mediante notas diplomáticas enviadas a organismos multilaterales y gobiernos de la región, por instrucción directa de la presidenta saliente, Xiomara Castro.
La cancillería hondureña informó que las denuncias apuntan directamente al presidente estadounidense, Donald Trump, a quien señalan por interferir en el proceso electoral. Además, el gobierno centroamericano expuso un contexto de presión interna marcado por amenazas de grupos criminales y fallas graves en el sistema de transmisión y difusión de resultados, factores que —asegura— vulneraron la integridad de los comicios.
De acuerdo con el vicecanciller Gerardo Torres Zelaya, Honduras remitió al menos seis comunicaciones oficiales a actores clave del sistema internacional, entre ellos la ONU, la OEA, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la CELAC y representantes diplomáticos de Colombia, Panamá y Suiza. El objetivo, sostuvo, es alertar sobre lo que califican como una afectación directa a la soberanía popular.
Xiomara Castro ya había anticipado esta ofensiva diplomática días atrás, cuando acusó públicamente a Trump de violar el principio constitucional que establece que la soberanía reside exclusivamente en el pueblo hondureño. La mandataria afirmó que el exmandatario estadounidense llamó abiertamente a votar por el candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura, y lanzó advertencias sobre posibles represalias si triunfaba el partido oficialista Libre.
Mientras el conteo sigue abierto, los datos preliminares colocan a Asfura a la cabeza con poco más del 40 por ciento de los votos, seguido muy de cerca por Salvador Nasralla, quien ha denunciado fraude y manipulación del proceso. La candidata del oficialismo aparece en un distante tercer lugar. En este escenario de incertidumbre, el gobierno hondureño busca respaldo internacional para cuestionar la legitimidad de una elección que, asegura, estuvo marcada por presiones externas y fallas estructurales.




