El expresidente brasileño Jair Bolsonaro comenzó a cumplir la sentencia de 27 años y tres meses de prisión en la Superintendencia de la Policía Federal (PF) en Brasilia, luego de que el ministro Alexandre de Moraes, de la Corte Federal Suprema (STF), ordenó formalmente el inicio de la pena. El exmandatario ya se encontraba detenido desde el sábado 22, tras ser acusado de violar la tobillera electrónica que monitoreaba sus movimientos.

Bolsonaro permanece en una celda individual de aproximadamente 12 metros cuadrados, recientemente remodelada y equipada con cama, armarios, mesa, televisión, minibar, aire acondicionado, ventana y baño privado. Se trata del mismo espacio donde cumplía arresto domiciliario supervisado, antes de que su situación legal escalara hacia la prisión preventiva.

La detención preventiva, sin embargo, no forma parte aún de la ejecución plena de la condena por su participación en el intento de golpe de Estado. Fue decretada luego de que Bolsonaro admitiera haber dañado la tobillera electrónica, alegando episodios de “paranoia” relacionados con medicamentos. Moraes también señaló que una vigilia convocada por simpatizantes cerca de la residencia donde estaba recluido podría generar alteraciones del orden e incluso facilitar un intento de fuga.

Con el fallo del ministro confirmado, Bolsonaro seguirá recluido en la sede de la PF mientras se define si permanecerá en estas instalaciones o será trasladado posteriormente a otro centro penitenciario, conforme avance la ejecución de la sentencia.