Segunda marcha de la “Generación Z” queda desdibujada entre baja convocatoria y el desfile del 20 de Noviembre
La segunda movilización convocada en redes bajo el nombre de “Generación Z” mostró un apoyo mínimo en las calles de la Ciudad de México. En el Ángel de la Independencia, punto de arranque, apenas llegaron unas cuantas decenas de asistentes, en su mayoría adultos que se identificaban como “padres” del movimiento. La escena contrastó por completo con las expectativas que circularon en plataformas digitales, así como con el vacío total registrado en Ciudad Universitaria, donde no acudió ningún estudiante pese a los llamados reforzados desde la mañana.
De acuerdo con reportes en redes y de medios locales en la CDMX, el pequeño contingente avanzó sobre Paseo de la Reforma, ampliamente superado en número por medios de comunicación, curiosos y vendedores. El recorrido terminó abruptamente en la Glorieta de Amajac, donde elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana marcaron un alto debido al desfile cívico-militar por el 20 de Noviembre. Mientras algunos participantes cuestionaron la presencia policial, otros recurrieron a consignas nacionalistas o mensajes que pedían modelos de seguridad extranjeros.
La escasa asistencia fue atribuida por los organizadores a que “la gente estaba trabajando”, aunque el contexto del operativo por el desfile dejó un contraste evidente: el tránsito peatonal era constante por los cierres en transporte público, mientras la marcha lucía dispersa y sin liderazgo visible. En contraste, fuentes universitarias señalaron que el movimiento no tiene arraigo real entre jóvenes y que el etiquetar la protesta como “generacional” es una construcción sin sustento dentro de la comunidad estudiantil.
El panorama resultó distante de lo ocurrido el 15 de noviembre, cuando grupos opositores y un bloque violento protagonizaron choques con policías. En esta ocasión no aparecieron figuras partidistas ni colectivos como la Marea Rosa o el Bloque Negro, que previamente intentaron capitalizar la narrativa de “represión”. El saldo final confirma que, pese al ruido digital, la movilización no logró consolidarse como un movimiento juvenil genuino y terminó eclipsada por los actos oficiales del aniversario revolucionario.




