Portugal necesitaba un cierre contundente para confirmar su boleto al Mundial 2026, y lo consiguió con autoridad: una goleada de 9-1 ante Armenia que no solo firmó su clasificación directa, sino que también dejó claro que la selección lusitana llega fuerte, incluso sin su figura histórica en la cancha. La victoria garantiza que Cristiano Ronaldo dispute su sexta Copa del Mundo, un escenario que parecía lejano hace algunos años y que hoy se vuelve un capítulo más en su carrera excepcional.

El Estadio do Dragão presenció una noche de contundencia total, aunque sin el magnetismo del ’7’. Cristiano se perdió el encuentro por suspensión, luego de haber sido expulsado en el duelo previo ante Irlanda, la primera tarjeta roja en toda su trayectoria profesional. Aun así, la ausencia del delantero no frenó a un equipo que ha aprendido a sostenerse colectivamente.

A sus 41 años —edad con la que llegará al torneo que compartirán Estados Unidos, Canadá y México— Ronaldo ha reconocido que esta será probablemente su última oportunidad para levantar el único trofeo que nunca ha logrado conquistar. Y aunque no estuvo en la cancha contra Armenia, la noticia de su clasificación retumbó a escala global: CR7 estará en otro Mundial, un hito que pocos futbolistas han podido alcanzar.

El triunfo dejó a Portugal como líder del Grupo F con 13 puntos y una diferencia futbolística evidente frente a sus rivales. La goleada, además, confirmó que el plantel tiene variantes suficientes para sobrellevar la ausencia temporal de su figura más mediática, un mensaje tranquilizador rumbo a la justa mundialista.

Sin embargo, queda una incógnita por resolver: la FIFA aún analiza si la suspensión de Ronaldo se ampliará debido al codazo que propinó en el encuentro ante Irlanda. Ante Armenia solo cumplió el partido inicial de castigo; si la sanción se incrementa, podría perderse el debut de Portugal en el Mundial. Por ahora, lo único seguro es que Cristiano tendrá al menos una última cita con la historia.