El pan de Zacatlán se convierte en Patrimonio Cultural
El pan de Zacatlán, una joya culinaria de la Sierra Norte poblana, fue declarado Patrimonio Cultural Intangible del Estado de Puebla, reconociendo más de un siglo de tradición panadera que ha sobrevivido al paso del tiempo y a la modernización de los hornos. El decreto, publicado el 10 de noviembre en el Periódico Oficial del Estado, destaca los valores históricos, antropológicos y culturales de este emblema gastronómico.
El reconocimiento no solo celebra una receta, sino también la historia de una comunidad que ha hecho del pan relleno de queso su sello de identidad. La presidenta municipal, Bety Sánchez, subrayó que esta declaratoria es el resultado de un esfuerzo conjunto entre autoridades y panaderos, mientras que el profesor Lorenzo Díaz recordó que el proyecto fue impulsado desde hace años por las familias fundadoras y antiguos alcaldes del municipio.
Los antecedentes del pan de Zacatlán se remontan a 1910, cuando panaderías como La Fama de Zacatlán, de Aureliano Díaz Pérez, y Panadería Vázquez, de Jesús Vázquez y Senorina Oropeza, comenzaron a elaborarlo. Su masa dulce, rellena de queso fresco o requesón y horneada en piedra, se convirtió en un alimento cotidiano y, al mismo tiempo, en un símbolo de resistencia cultural.
El decreto contempla acciones para preservar esta tradición, como la creación de un Consejo Consultivo de Panaderos, la instauración del Día de las y los Panaderos, talleres para transmitir los saberes y la promoción turística del producto. Con ello, el gobierno estatal busca proteger las técnicas artesanales y mantener viva una práctica que une generaciones.
Con este reconocimiento, Zacatlán se suma a los platillos poblanos más emblemáticos —como el chile en nogada y el mole de caderas— dentro del patrimonio gastronómico del estado. Más que un alimento, el pan relleno de queso es memoria, herencia y comunidad: una historia que se hornea cada día en el corazón de la Sierra Norte.




