Operativo en Río de Janeiro deja más de 100 muertos y se convierte en el más letal en la historia del estado
Un operativo policial de gran escala realizado este martes en Río de Janeiro dejó al menos 100 muertos, incluidos cuatro agentes, en lo que las autoridades calificaron como la acción más violenta contra el crimen organizado en la historia del estado. El enfrentamiento se desató en comunidades controladas por el Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más poderosas de Brasil.
Más de 2,500 agentes participaron en la operación, resultado de una investigación de un año que buscaba frenar la expansión del grupo. Según informó el gobernador de Río, Cláudio Castro, la ofensiva logró la detención de 81 presuntos integrantes del Comando Vermelho. “Se trata de una operación estatal contra narcoterroristas”, declaró, al tiempo que reclamó apoyo del gobierno federal ante lo que describió como una “guerra” contra el narcotráfico.
Las autoridades reportaron intensos tiroteos que se extendieron por varios barrios de la periferia, donde los criminales incendiaron vehículos para bloquear el avance policial. El caos obligó a suspender clases, paralizar rutas de transporte y cerrar vías principales, incluida la que conduce al aeropuerto internacional. Testimonios de vecinos narraron escenas de pánico y fuego cruzado, mientras medios locales mostraban imágenes de humo y barricadas improvisadas.
El número de víctimas ha generado conmoción incluso en una ciudad acostumbrada a los enfrentamientos armados. La cifra supera el operativo de 2021 en Vila Cruzeiro, que dejó 28 muertos, y reabre el debate sobre el uso excesivo de la fuerza en las favelas. Organizaciones de derechos humanos exigieron una investigación independiente ante la posibilidad de que parte de los fallecidos no pertenecieran a las bandas criminales.
Mientras el gobernador Castro pidió mayor respaldo federal —incluso de las fuerzas armadas—, el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva rechazó las críticas y recordó que se han implementado múltiples acciones conjuntas en el estado. La violencia en Río vuelve así a exponer la fragilidad de la estrategia de seguridad brasileña, marcada por la confrontación directa y los altos costos humanos.



