Osmar Olvera, el salto perfecto: el mexicano que conquistó el mundo y ahora va por el título de Atleta del Año

Osmar Olvera no solo conquista el trampolín de clavados, a sus 21 años, el clavadista capitalino vive un momento dorado que lo ha colocado en la cima del deporte mundial. Tras un año de hazañas, la Federación Internacional de Natación (World Aquatics) lo ha nominado al galardón de Atleta del Año, un reconocimiento reservado para quienes desafían la gravedad y la historia en partes iguales.
El 2025 ha sido, sin duda, el año de Osmar. Desde Singapur hasta Canadá, el mexicano ha convertido cada competencia en un escenario de triunfo. En el Campeonato Mundial de Deportes Acuáticos, conquistó el oro en trampolín de tres metros, superando a gigantes chinos como Yuan Cao y Zongyuan Wang. No se detuvo ahí: sumó tres platas más en pruebas individuales y en conjunto, una demostración de consistencia que lo catapultó al olimpo de su disciplina.
En total, siete medallas adornan su temporada: dos oros y cinco platas repartidas entre el Mundial de Singapur y la Copa Mundial de Clavados, celebrada en Guadalajara y posteriormente en Canadá. Sus ejecuciones junto a Juan Celaya y el equipo mixto integrado por Alejandra Estudillo, Randal Willars y Zyanya Parra consolidaron una nueva generación de clavadistas mexicanos que ya compite de tú a tú con las potencias mundiales.
World Aquatics destacó su nominación no solo por los resultados, sino por la elegancia con la que Olvera ha sabido representar al país. En cada salto hay disciplina, precisión y una serenidad que contrasta con la tensión de la plataforma. La votación para elegir al Atleta del Año se realiza a través de las historias de Instagram del organismo internacional, donde miles de aficionados mexicanos ya han convertido el apoyo a Osmar en una campaña de orgullo nacional.
Con esta nominación, Osmar Olvera confirma que su carrera apenas despega. De las piscinas del CNAR a los podios del mundo, su historia no solo se mide en metros ni en giros perfectos, sino en la emoción que despierta en cada salto. México vuelve a mirar hacia el trampolín, sabiendo que allí, suspendido en el aire por un instante, hay un atleta que redefine lo que significa volar.