¿Qué son los foros incels y por qué preocupan tras la violencia en el CCH Sur?

La violencia registrada en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur de la UNAM, protagonizada por un estudiante encapuchado, destapó un tema hasta ahora poco conocido en México: los foros incels. Estas comunidades digitales han pasado de ser espacios de desahogo a sitios donde se normalizan el odio hacia las mujeres y la violencia como forma de reivindicación.
El término incel proviene del inglés involuntary celibate —célibe involuntario— y se utiliza para describir a hombres, en su mayoría jóvenes, que aseguran ser rechazados constantemente por las mujeres y, por ello, no poder establecer relaciones afectivas o sexuales. Lo que en un inicio surgió como un concepto neutral, ligado a la soledad y a las dificultades para vincularse, con el tiempo derivó en un movimiento cargado de misoginia y resentimiento.
En internet, los foros incel funcionan como comunidades cerradas donde se comparten testimonios de frustración, pero también se alimenta un discurso común: culpar a las mujeres por los fracasos personales. En esos espacios circulan burlas, términos despectivos y supuestas “jerarquías de atractivo” que refuerzan la idea de que los hombres están condenados al rechazo por factores físicos o sociales.
El riesgo es que estos lugares no se limitan al desahogo. En varios países —como Estados Unidos, Canadá y Reino Unido—, jóvenes vinculados a los incels han protagonizado tiroteos o asesinatos. Los foros incluso exaltan a quienes cometen este tipo de ataques, a quienes llaman “mártires” o “ejemplos a seguir”, generando un ambiente que favorece la radicalización de adolescentes vulnerables.
El caso del CCH Sur encendió las alarmas porque, de acuerdo con las investigaciones, el joven implicado tenía afinidad con estas comunidades. Sus publicaciones en redes sociales reflejaban referencias a la ideología incel, lo que sugiere que esta narrativa de odio ya está echando raíces en México.
Especialistas advierten que el fenómeno debe tomarse en serio. La combinación de frustración, falta de acompañamiento emocional y exposición constante a discursos radicales puede detonar conductas violentas. La tragedia en el CCH Sur pone en evidencia que el país no es ajeno a estas dinámicas globales y abre un debate urgente: ¿qué tanto influyen los discursos de odio en línea en la conducta de los jóvenes?