El “día cero” en Teherán: la megaciudad de Irán se queda sin agua y electricidad

Teherán, la capital de Irán y hogar de casi 10 millones de habitantes, enfrenta una de las peores crisis de su historia: la inminencia del “día cero”, momento en el que los grifos de los hogares podrían cerrarse y el agua racionarse a través de camiones cisterna o puntos de distribución.
Tras cinco años de sequía consecutiva, temperaturas récord y una red eléctrica colapsada, los embalses de la ciudad están en niveles mínimos históricos. La presa de Lar, una de las principales fuentes de abastecimiento, opera apenas al 1% de su capacidad.
El presidente Masoud Pezeshkian pidió reducir el consumo de agua al menos un 20%. Aunque la demanda cayó un 13% en julio, las autoridades advierten que aún falta un 12% adicional para mantener el suministro en septiembre y octubre. En paralelo, los apagones rotativos se han vuelto cotidianos, afectando viviendas, comercios y oficinas gubernamentales.
Expertos como Kaveh Madani, director del Instituto de Agua, Medio Ambiente y Salud de la ONU, describen la situación como una “bancarrota hídrica”: décadas de sobreexplotación de ríos, embalses y acuíferos han llevado a un punto de daño irreversible. La agricultura consume el 90% del agua del país, gran parte mediante riego ineficiente y cultivos de alto consumo en zonas áridas.
A ello se suma la mala gestión y la corrupción, así como el gasto energético de la minería de criptomonedas, que agrava la presión sobre el sistema eléctrico.
Las autoridades han prometido priorizar el suministro a hospitales y servicios básicos, pero advierten que sin lluvias adicionales, el próximo verano podría ser aún más severo.