Estudio estima que cárteles mexicanos acumularon casi un billón de dólares en dos décadas

Los cárteles mexicanos de la droga habrían acumulado casi un billón de dólares en ganancias ilícitas durante las últimas dos décadas, de acuerdo con un informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos difundido el 27 de agosto de 2025 en Washington.
El cálculo, basado en estudios internos y reportes binacionales, estima ingresos anuales de entre 37 mil y 58 mil millones de dólares, cifras ajustadas a inflación y a los cambios en el mercado criminal.
Transformación del negocio criminal
El reporte parte del US-Mexico Bi-National Criminal Proceeds Study de 2010, que documentó que entre 18 mil y 29 mil millones de dólares en efectivo cruzaban cada año desde Estados Unidos hacia México por tráfico de drogas. Aunque ya no se publican estadísticas oficiales anuales, las agencias mantienen estas cifras como referencia.
La DEA subrayó que desde 2013 el auge del fentanilo multiplicó las ganancias, al tratarse de una droga de bajo costo de producción y alto valor de venta. Un kilogramo puede transformarse en millones de pastillas con precios millonarios en el mercado.
Diversificación de ingresos
El informe también destaca otras fuentes de financiamiento:
Tráfico de personas: genera alrededor de 13 mil millones de dólares anuales, según el Congreso estadounidense desde 2021.
Robo de combustible: señalado por la OFAC en 2024 como la principal fuente ilícita no vinculada a drogas.
El caso “El Mayo” Zambada
Como ejemplo de las dimensiones económicas, Ismael “El Mayo” Zambada aceptó en su acuerdo de culpabilidad en EE. UU. una indemnización de 15 mil millones de dólares, calculada con base en cargamentos documentados y precios de mercado. Sin embargo, autoridades reconocieron que gran parte de esas ganancias ya fueron gastadas o lavadas, y solo una fracción podrá recuperarse.
Próximos pasos
Las estimaciones podrían influir en el diseño de nuevas políticas bilaterales de seguridad, especialmente en el combate al fentanilo y al robo de combustible, considerados amenazas críticas para la salud pública, la seguridad energética y la estabilidad regional.