Apple anunció una inversión de 100 mil millones de dólares en Estados Unidos como parte de un esfuerzo por aumentar su capacidad de manufactura en ese país, en respuesta a la presión ejercida por el presidente Donald Trump bajo su política de “Estados Unidos primero”.

El anuncio contempla un nuevo programa para reubicar parte de su cadena de suministro en territorio estadounidense, lo que incluye la fabricación de componentes críticos del iPhone. La decisión se da luego de que Trump amenazara con imponer un arancel del 25% a los dispositivos si no se trasladaba su producción desde Asia hacia suelo norteamericano.

“Trump ha asegurado billones de dólares en inversiones que apoyan el empleo y las empresas estadounidenses”, dijo Taylor Rogers, portavoz de la Casa Blanca. Agregó que el acuerdo con Apple representa “otra victoria” para la industria manufacturera, al tiempo que contribuye a la seguridad económica y nacional.

Este movimiento refuerza la estrategia republicana de presionar a empresas clave para reducir su dependencia de proveedores extranjeros y fortalecer la infraestructura productiva dentro del país.