El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asistió este domingo a la final del Mundial de Clubes entre el París Saint-Germain y el Chelsea, celebrada en el estadio MetLife de East Rutherford, Nueva Jersey. Lo acompañaron la exprimera dama Melania Trump y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.

La presencia de Trump coincidió con el primer aniversario del atentado que sufrió durante un acto de precampaña en Butler, Pensilvania. Aunque no realizó declaraciones públicas al respecto, se trasladó desde su club de golf en Bedminster para presenciar el partido desde el palco de honor de la FIFA.

Durante la ceremonia previa al encuentro —que incluyó fuegos artificiales, un concierto de Robbie Williams y presencia militar— Trump fue enfocado por las cámaras y proyectado en las pantallas del estadio, lo que provocó silbidos y muestras de desaprobación en distintos sectores de las gradas.

Vestido con traje oscuro y corbata roja, el exmandatario participó en el protocolo del himno nacional. Su aparición se dio en medio del ambiente patriótico que precedió al juego, considerado antesala de la próxima Copa de selecciones.

La imagen del expresidente recibió una mezcla de reacciones del público, en un contexto marcado por su regreso a la escena pública rumbo a las elecciones de 2026.