Arreglando el relajito | Tremores



Tremores

Tremores. China ganó, aunque Estados Unidos presuma haber arrodillado al Gigante asiático. Lo cierto es que Donald John Trump, el presidente gringo, tuvo que hacer contención para evitar que la economía local se desplomara. Pensó que su pequeñez discursiva y amenazante iba a hacerle siquiera un rasguño al, valga la comparación, Gengis Khan. Quiso ser el David contra Goliat, pero salió perdiendo. China lleva demasiados años preparándose para enfrentar, por lo menos en uno de los cuadriláteros de mundo, el comercial. El militar, afortunadamente para todas y todos, no se ha dado entre las potencias. Con una fusión entre el socialismo de Karl Marx, bien llevado –no los bodrios que hubo el siglo pasado- con un capitalismo apegado a la idea de la Nueva China, que sacó a 700 millones de pobres en una década, preparó el terreno para superar en investigación, desarrollo e infraestructura que envidiaría cualquier país. Por ejemplo, Estados Unidos no tiene trenes bala, carreteras de primer nivel, puentes, transporte y tecnología futurista. Además, toda su producción la mandó fuera de la Unión Americana, lo que dejó desempleo, brechas sociales amplísimas y un nivel de vida lamentable. Por eso, Trump –jactándose, obvio- dijo que las negociaciones con China sobre los desacuerdos comerciales fueron “positivas”, por lo que se dio un, así lo afirmó: “un reinicio completo”. Y cómo no, si las bolsas se cayeron, la Reserva Federal no se sometió a las presiones y dejó las tasas como tal, lo que impactó en la economía. Hasta parece que estamos en un oscurantismo financiero, pues no han difundido las cifras de la inflación y una posible recesión. Se nota en los acuerdos logrados: no habrá aranceles a sectores productivos clave como el automotriz, acero, aluminio y productos farmacéuticos (sin este último, no hubiera podido reducir el costo de las medicinas, ojo). Ahora, ¿por qué sucedió esto? Simple, Estados Unidos, en decadencia, busca volver a ser hegemónico en un mundo cada más multipolar, pues es sabido que China y Rusia conformaron su G-2, con el apoyo de los BRICS. La moraleja, se aplicaría con una frase del refranero popular “perro que ladra, no muerde”.

¿O no?

Editor: Fabián Sánchez

Copyright © 2025 MGM Noticias.  Todos los derechos reservados.