Esnifando la democracia | Tremores

Tremores. Menudo escándalo se desató en redes sociales por un video en el que se ve a quienes supuestamente son las figuras de gobierno, de buenas prácticas, demócratas, moralmente superiores. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Friedrich Merz, y el primer ministro de Reino Unido, Keir Starmer, fueron cachados por periodistas, que no influencers o youtuberos, en un tren hacia Kiev, la capital ucraniana en un momento harto bochornoso. Según un video que se hizo viral este domingo, los 3 líderes europeos se saludaron, se hicieron las fotos, pero en la mesa dos objetos llamaron la atención: una bolsita con un polvo blanco y una cucharita de metal. Por lo forma en que Macron escondió la bolsita y el silencio se hizo presente en la sala, tiene pinta que se trate de cocaína. Sobre el objeto metálico, dicen los que saben, es para esnifar droga. Su tamaño es tan pequeño que no puede ser usado para, por ejemplo, moverle al café o al té. Por supuesto que, como en todo, hay dos versiones, dos visiones de la historia: la oficial y la no oficial; la que quieren que veamos y la que nos muestran; la que vemos y la que no vemos. La oficial, o la realidad de los europeístas, es que Macron escondió un pañuelo usado y Merz tapó una cuchara para el té. Todo esto se da un tema muy serio, el impulso de las 3 naciones a continuar con el conflicto en Ucrania contra Rusia, en la llamada “Coalición de voluntarios”, que se realizó en la capital ucraniana el pasado 10 de mayo, y en dos contextos sui generis: el desfile conmemorativo al 80 aniversario de la derrota nazi a manos de los rusos (sí, los rusos, aunque no guste a la derecha facha), y a la presentación por parte de Vladimir Putin de un acuerdo para terminar con la guerra. Algo que, of course, a los rusófobos no gusta. Sería cuestión de terminar con el conflicto y aceptar que perdieron. Y eso sólo se olvida con una buena esnifada. Es lo que nos han contado.
¿O no?