Iglesia ideológica | Tremores

Tremores. La elección del nuevo Sumo Pontífice exhibió que la Iglesia Católica es una hoguera de las ideologías, con dos claros bandos: el conservador y los progresistas. Es decir, dejó de ser un ente de guía espiritual para convertirse en un puesto poder político. Y vea lo que está en juego. En el mundo hay unos mil 406 millones de fieles, ¡lo que significa en materia de diezmos! En México, es la religión mayoritaria con 97.9 millones, un 77.7 por ciento de la población total del país. Además de dirigir la fe, es el jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano, ya que ejerce una influencia significativa en el ámbito internacional, que tiene relaciones diplomáticas con más de 180 países y acceso privilegiado a organismos internacionales, como la ONU, donde tiene un asiento en el Consejo General, sin derecho a voto, pero sí influencia, a través de su carisma y autoridad moral. Y es que Francisco, quien falleció en abril pasado, fue un reformador, un Papa “progre”, pues, y el ala más conservadora busca regresar a la época medieval, cuando la comunidad LGBT era vilipendiada, la mujer no tenía una participación de más alto nivel y esconder, bajo la alfombra, los escándalos de abusos y de desvíos de recursos, o lo que es el mismo, lo que sucede bajo las sotanas y dentro de las iglesias se queda ahí. Además, el mensaje político, si gana la derecha –valga la comparación- será contra el comunismo que representa China; en cambio, si el progresismo –la izquierda, of course– obtiene el voto, sería la continuidad de Jorge Mario Bergoglio, abriendo las puertas de la religión para, sobre todo, los más pobres, los vulnerables, que es, supuestamente, el objetivo máximo de la Iglesia. Por eso, decimos que los cardenales ya no invocan al Espíritu Santo para sufragar, sino hacen concertacesiones, al más puro estilo del PRIATO, negociaciones, acuerdos en lo oscurito… Es la Iglesia humana.
¿O no?