Zedillo, ¿prohombre o gusano? | Tremores



Tremores

Tremores. La frase viene de la canción “Fiesta”, de Joan Manuel Serrat, y se aplica al expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León, quien ha sido presentado por la derecha como el ejemplo de la democracia, por el simple hecho de que diera paso a la alternancia política en el poder, al “permitir” la llegada del PAN a Los Pinos, pero sí es el artífice de agravios como el Fobaproa. Tampoco le da la calidad moral para decir qué es democrático o qué no. Pero bueno, con esa altura de miras anda pontificando –con quien quiera escucharlo–, sobre democracia, cuando en su sexenio se dieron varias ejecuciones. Eso, como dicen, no es democracia en toda la extensión de la palabra. Entonces llegamos a la cuestión de que hay de democracias a democracias. La que defiende y postula Zedillo es la del neoliberalismo, ese tipo de gobierno y economía que beneficia a los ricos y a los millonarios a costa del sudor de los pobres. Para el doctor, eso sí es democracia, no la que ve por todos, desde los más desprotegidos y vulnerables hasta a los ricos. No, esa –para él– es “populismo”. ¡No pues guau! ¿Ahora qué dijo el exmandatario? Consideró que la Cuarta Transformación mató la democracia, ya que, según él, se están desmantelando las instituciones establecidas, como es el Poder Judicial “independiente” y los órganos electorales autónomos. Pero no sólo eso: criticó, con su legitimidad autobrindada, la elección judicial y la militarización de la seguridad. Fue la revista Nexos, el medio que resultó beneficiado de las políticas económicas del PRIATO y el neoliberalismo, que publicó la opinión del doctor. Sí, el que las hace no las consiente, o lo que es lo mismo: “¡ya siéntese, señor!”. Cada vez que Ernesto Zedillo Ponce de León habla, se justifica que el Poder Judicial pase por las urnas.

¿O no?

Respuesta contundente

Luego de los dichos de Ernesto Zedillo, el prohombre, quien junto a lo que queda de sus huestes intentan medrar la elección judicial, la presidenta Claudia Sheinbaum salió al quite recordándole al expresidente deudas del pasado y por las que no ha pisado un solo juzgado. Por ejemplo, están las masacres de Acteal, El Charco, El Bosque y Aguas Blancas. Fue la mente perversa detrás del Fobaproa, que convirtió deudas privadas en públicas, además de la privatización y desaparición de los ferrocarriles. No sólo eso: es el único mandatario que desmanteló la Suprema Corte de Justicia de la Nación y puso, por dedazo presidencial, a sus integrantes. “¡Ahora resulta que Zedillo es el paladín de la democracia! Lo bueno es que el pueblo de México está muy informado. Están diciendo que hay autoritarismo porque el pueblo va a elegir al Poder Judicial. ¡Imagínense la contradicción! ¿Pues qué no democracia es el gobierno del pueblo? (…) Entonces, el pueblo ahora va a elegir a su Poder Judicial”. Mejor dicho, imposible.

¿O no?

Editor: Fabián Sánchez

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