Angón aún no la libra: su cuenta pública va de regreso a revisión

En San Pedro Cholula, la resaca de malas administraciones aún golpea fuerte.
Y aunque algunos van a salir a decir que se trata de persecución política, la realidad es que son actos de justicia, los números —fríos— terminan por poner a cada quien en su lugar.
Esta semana, el Cabildo aprobó remitir la Cuenta Pública 2024 a la Auditoría Superior del Estado (ASE). Más que un simple trámite, este envío se siente como el eco de una exigencia popular de cuentas claras y como un llamado a no olvidar quién fue quién en la historia reciente del municipio.
La administración anterior, encabezada por la panista Paola Angón Silva, dejó más que promesas incumplidas: dejó pasivos, rezagos contables y sospechas profundas. No sólo fue la mala percepción ciudadana, sino escándalos documentados.
En abril de 2024, El Sol de Puebla difundió un audio en el que se escucha, presuntamente, a Angón reconocer:
“Tú sabes que yo ya había pactado con el PRI, yo ya había dado dinero y hasta el pin… Néstor (líder partidista) también me dijo que pues que sí, que está complicado, que no puede hacer nada, me lo tienen que regresar (dinero)… sí, fueron dos millones y medio.”
Para muchos no fue un chisme. Era el retrato en vivo de cómo algunos entendían la política: como un intercambio vulgar de maletines por futuros políticos.
Pero más allá de los audios y las palabras, están los números y las prácticas administrativas que hoy tendrán que ser nuevamente revisados por la Auditoría Superior del Estado: Pasivos no registrados adecuadamente, que estrangulan las finanzas, Obras públicas infladas o inconclusas, con montos que no se reflejan en realidades, y Contratos opacos y adjudicaciones que merecen lupa fina.
Hoy, remitir la cuenta pública no es revancha. Es corregir el rumbo.
Es asumir que gobernar no es solo cortar listones ni posar para la foto, sino responder por cada peso, cada obra, cada acto.
Si Cholula fue presa de un mal gobierno o no, con mayor razón debe conocerse la verdad de los números, de los dueños de los contratos y de los probables diezmos entregados.
Y mientras algunos aún buscan pretextos, la historia —esa que no olvida— ya comenzó a poner las piezas en su sitio.
No es persecución. Es la hora de rendir cuentas exalcaldes.
@Gerardo_Herrer
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