La faena simbólica: Armenta y BUAP, el compromiso

La imagen fue potente: machete en mano, el gobernador Alejandro Armenta encabezó una nueva jornada de faena, pero ahora muy distinta, llena de simbolismo en la zona donde se ubica Ciudad Universitaria 2 de la BUAP.
El sol rajaba la tierra, pero eso no impidió que el mandatario cortara maleza, pintara calles y, más importante aún, lanzara un mensaje cargado de simbolismo y oportunidad.
A menos de una semana de haberse levantado el paro estudiantil que mantuvo en vilo a la comunidad universitaria, Armenta apareció en el terreno como quien regresa a casa.
“Yo también soy Lobo BUAP”, dijo con énfasis, apelando a su historia como alumno de la Facultad de Administración Pública. Y allí, junto a la rectora Lilia Cedillo, el gobernador dejó claro que no llegó sólo a hacer trabajo físico, sino a tejer reconciliación.
La presencia de la doctora y rectora no fue un detalle menor.
Cedillo, con su estilo discreto pero firme, acompañó al gobernador en la jornada comunitaria, en lo que pareció un acto de relanzamiento institucional.
Tras los días tensos, el gesto de caminar, sudar y trabajar juntos frente a la comunidad fue un mensaje sin subtextos: la autonomía universitaria se respeta, pero también se construye en unidad.
Armenta no se guardó nada.
Aprovechó el momento para enviar una señal a quienes han intentado contaminar el espíritu universitario con intereses ajenos.
Habló de su experiencia durante las huelgas en los años de Doger y Malpica, defendió el derecho a manifestarse, pero subrayó que hay límites cuando se afecta el derecho a la educación.
El equilibrio que exige la vida universitaria.
Pero el mensaje más fuerte fue el anuncio de una obra de acceso digno para CU2, con faena, maquinaria y voluntad colectiva.
Y ahí fue donde la narrativa conectó: si el pueblo se organiza, si el gobierno escucha, si la universidad se abre, entonces se construye comunidad.
Lo cierto es que la faena no sólo sirvió para limpiar un camino: fue un mensaje claro de cómo quiere gobernar. A ras de tierra, con los pies en el lodo, rodeado de estudiantes, maestras, colonos y machetes.
Una imagen vale más que mil discursos.
La misma sin duda, tendrá eco en la política y en las aulas.
Porque, como dijo el gobernador, hacer faena también es hacer patria.
Y este domingo, la patria se construyó con machete, brocha… y mensaje.
Tiempo al tiempo.
Por Jorge Castillo
Editora: Socorro Juárez