Un ataque armado ha cobrado la vida de Juvenal Calleja Peralta, dirigente del Partido del Trabajo (PT) en el municipio de Copanatoyac, Guerrero, así como de su esposa, su hijo de seis años y dos integrantes más de su familia. El hecho ocurrió en la región Montaña del estado, conocida por su compleja situación de inseguridad.

De acuerdo con los primeros reportes, la familia fue emboscada mientras viajaba por la zona, en un acto que ha sido calificado como una masacre. La agresión desató una ola de indignación entre los habitantes de la región y las autoridades del PT, quienes condenaron rotundamente el ataque.

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A través de un comunicado, el Partido del Trabajo estatal exigió a la Fiscalía General del Estado (FGE) una investigación exhaustiva, pronta y expedita para dar con los responsables de este asesinato múltiple. El PT también reiteró su compromiso con la justicia y el derecho a la seguridad de todos los ciudadanos, en particular de aquellos que ejercen cargos públicos o se encuentran involucrados en la política.

El ataque ha sacudido a la comunidad local, que ha vivido bajo la constante amenaza de la violencia organizada en los últimos años. Guerrero, como muchas otras regiones del país, ha sido escenario de una creciente violencia relacionada con el crimen organizado, lo que ha provocado que líderes políticos y ciudadanos comunes se vean expuestos a riesgos cada vez mayores.

Hasta el momento, no se ha revelado el móvil del ataque ni el perfil de los responsables. Las autoridades locales han iniciado las investigaciones pertinentes, pero la incertidumbre sobre el trasfondo de este atentado sigue en el aire.

Este atentado ha aumentado la preocupación sobre la seguridad en Guerrero, un estado que enfrenta uno de los índices de violencia más altos del país. Organizaciones sociales y políticos de diversas agrupaciones han llamado a una acción inmediata de las autoridades para proteger a los ciudadanos y garantizar que este tipo de crímenes no queden impunes.

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El asesinato de Juvenal Calleja Peralta, un conocido dirigente local del PT, no solo marca un hecho trágico en la política guerrerense, sino que también refleja la creciente violencia que afecta a las comunidades de las zonas más vulnerables del estado.

La comunidad de Copanatoyac y el estado de Guerrero siguen esperando justicia y respuestas claras sobre los responsables de este crimen que ha dejado una huella profunda en la región.