La Diáspora poblana en USA: Una Realidad que Demanda Colaboración | Desde las Antípodas

Puebla se ha consolidado como uno de los estados mexicanos con mayor flujo migratorio hacia Estados Unidos, una dinámica que ha evolucionado desde finales del siglo XX y que hoy refleja tanto oportunidades como desafíos.
Según estimaciones recientes, de los aproximadamente 12 millones de migrantes mexicanos que residen en Estados Unidos, una proporción significativa proviene de Puebla, especialmente de regiones como la Mixteca, el Valle de Atlixco, municipios como Izúcar de Matamoros y Acatlán de Osorio. Aunque no hay cifras exactas actualizadas al 2025 sobre el número preciso de poblanos en el extranjero, datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del Migration Policy Institute (MPI) señalan que los mexicanos representan el 23% de los 47.8 millones de inmigrantes en Estados Unidos en 2023, con Puebla como uno de los principales estados expulsores.
Los migrantes poblanos enfrentan una realidad compleja. Por un lado, muchos han logrado establecerse como empresarios exitosos en sectores como la construcción, la gastronomía y los servicios, enviando remesas que en 2024 superaron los 66,500 millones de dólares a nivel nacional, con Puebla como uno de los principales beneficiarios. Sin embargo, cerca del 34% de los migrantes mexicanos carecen de estatus legal, enfrentándose a deportaciones, explotación laboral y exclusión. Con la llegada de Donald Trump a la presidencia en 2025 y su promesa de deportaciones masivas, esta vulnerabilidad se intensifica, exigiendo respuestas innovadoras desde el origen.
En este contexto, el “Foro Binacional del Empresario Migrante”, organizado por el Congreso del Estado de Puebla como parte del Bicentenario de la Constitución estatal, se presenta como una iniciativa con visión de futuro. Este evento reunió a 40 empresarios migrantes desde Estados Unidos con diputadas de la LXII Legislatura, abriendo un canal de diálogo que trasciende fronteras.
Desde las Antípodas, sostenemos que iniciativas de este tipo, no solo representan un espacio de escucha, sino una oportunidad para construir una gobernanza transnacional que empodere a la diáspora como actor clave en el desarrollo de Puebla.
Cuatro elementos recientes, han contribuido a ello.
- Fortalecimiento de la representación política: La figura del “Diputado Migrante”, aprobada en 2025, es un avance significativo. Sin embargo, el foro sugiere un paso más: institucionalizar la participación de la diáspora en consejos transnacionales que co-diseñen políticas públicas, dándoles un rol activo en la toma de decisiones.
- Colaboración intergubernamental: El evento, vinculado al Foro Migrante de Desarrollo Integral en Acatlán de Osorio, evidencia la necesidad de articular esfuerzos entre el Congreso, los municipios y el gobierno estatal. Esto podría incluir oficinas locales de atención a migrantes y programas estatales que canalicen remesas hacia proyectos específicos.
- Respuesta a la incertidumbre migratoria: Ante la amenaza de deportaciones, Puebla debe prepararse para integrar a los retornados. El foro abre la puerta a políticas que aprovechen las habilidades de los empresarios migrantes, fortaleciendo la economía local.
- Empoderamiento de redes transnacionales: Los migrantes no son solo beneficiarios pasivos; sus redes en Estados Unidos pueden ser socios estratégicos. Asociaciones público-privadas con la diáspora podrían financiar infraestructura, innovación o educación, mientras que plataformas digitales permanentes mantendrían un diálogo constante.
A manera de propuesta y considero que, para que el “Foro Binacional del Empresario Migrante” trascienda el simbolismo, debe convertirse en el germen de una estrategia integral de gobernanza transnacional. Esto implica crear un Consejo Estatal de la Diáspora, con representantes en Puebla y Estados Unidos, que coordine inversiones y políticas. Municipios como Acatlán, Izúcar de Matamoros, Huejotzingo y la propia Puebla Capital podrían liderar pilotos de colaboración, mientras el gobierno estatal podría negociar con actores federales y estadounidenses para proteger a los migrantes y aprovechar sus recursos.
En un mundo interconectado, la diáspora poblana es un activo subutilizado. Su empoderamiento no solo fortalecería la resiliencia de las comunidades ante crisis, sino que posicionaría a Puebla como un modelo de gestión migratoria.
@ojedapepe